Acortar palabras en español

En el español coloquial es frecuente cortar las palabras: bici, profe, peli, finde…

En este vídeo vamos a ver algunas de las palabras acortadas más frecuentes en español y cómo usarlas correctamente.

EJERCICIO

Después de ver el vídeo, intenta hacer este ejercicio para comprobar que sabes qué significan estas palabras acortadas.

TRANSCRIPCIÓN

¿Sabes qué significa “boli”? ¿Sabes qué significa “porfi”? ¿Sabes qué significa “finde” o “compi” o “peli”?

Si no lo sabes, no te preocupes. Al final del vídeo vas a saber muy bien qué significan estas palabras y cuándo usarlas.

Esto es Español Con Juan.

Hola, bienvenidos y bienvenidas a Español Con Juan. 

En el vídeo de hoy vamos a ver alguna palabras acortadas, es decir, palabras como finde, peli o profe, que son la versión corta de otras palabras más largas.

¿Estáis listos? ¿Estáis listas?

Pues, entonces, venga, empezamos:

Vamos a ver, hay palabras acortadas que, me parece, bueno, que es normal, que son útiles, ¿no? Por ejemplo, a veces si tenemos una palabra muy larga, pues, bueno, es aceptable acortarla. Es aceptable decir, por ejemplo bici, en lugar de bicicleta. 

También me parece aceptable decir foto, en lugar de fotografía, ¿no? “

O cine. Cine es una palabra acortada de cinematógrafo. 

O frigo, en lugar de frigorífico. Frigorífico es una palabra muy larga y, bueno, si estás en casa pues, sí, es aceptable decir, “Voy a ver si queda leche en el frigo”. 

Luego hay palabras acortadas que son aceptables, pero solo si tienes entre 5 y 14 años. Es decir, si eres un niño o una niña pequeña, si vas a la escuela… son palabras infantiles, que usan mucho los niños. Por ejemplo, los niños dicen profe, en lugar de profesor.

Cole, en lugar de colegio. 

Boli, en lugar de bolígrafo.

Compi o compa, en lugar de compañero o compañera, ¿no? 

Y muchas otras palabras. Los niños pueden acortar las palabras muy, muy a menudo, es normal. A los niños les gusta jugar y cortar las palabras es una forma de jugar, ¿no? De jugar con las palabras.

También dicen biblio, en lugar de biblióteca, o insti, en lugar de instituto o porfi, en lugar de por favor…

Chuches, en lugar de chucherías.

El problema, el problema es cuando estas palabras las usan adultos. A mí me parece normal que los niños acorten las palabras, pero que un adulto, alguien mayor de 14 o 15 años siga diciendo porfi, compa, cole, boli o biblio… A mí eso, sinceramente, no me parece muy normal.

Bueno, hay momentos para todo, ¿eh? A veces, de vez en cuando, yo entiendo que se pueden usar estas palabras, ¿eh? Tampoco estoy diciendo que no se puedan usar nunca…  Pero no de forma sistemática, no de forma habitual… ¿entendéis lo que quiero decir?

Y bueno, luego hay también palabras acortadas que normalmente solo usan los adultos, palabras acortadas propias de adultos, que, sinceramente, me parecen horribles.

Por ejemplo, no sé, estoy pensando en profe, biblio, facu o uni, por ejemplo:  “me voy a la facu” “tengo que hablar con mi profe”, estoy estudiando en la biblio de la uni”.

A mí, sinceramente, esa forma de hablar no me parece seria. Si tú estás estudiando física nuclear, no puedes decir: me voy a la facu, estoy trabajando en la biblio, soy profe, soy profe de energía nuclear en la uni,… ¿En serio?  No sé, no sé.

Quizás es que yo soy muy maniático, pero a mí esta forma de acortar palabras no me gusta. Me da repelús.

Pero, de todas formas, estas no son las palabras que me dan más repelús, las palabras que me dan más repelús son… bueno, hay tres palabras que me dan mucho, mucho repelús.

La primera: finde. Esta palabra me da mucho repelús. Cuando alguien adulto, de una cierta edad, me dice “¿quedamos el finde? ¿Qué tal el finde?” Bueno, yo la verdad, no digo nada porque soy un hombre muy educado, pero sinceramente, en el fondo, en mi interior, esa persona ha bajado muchos puntos en mi consideración. Sí, yo a mis amigos y a la gente que conozco le doy puntos, ¿no? Le doy puntos de acuerdo, por ejemplo, a la ropa que lleva, los libros que lee, las películas que ve, la comida que come en el restaurante, el tipo de vino que bebe.. Sí, yo soy así, doy puntos, doy puntos si lo que hace la persona me gusta, le doy muchos puntos, por ejemplo, diez puntos, pero si lo que hace no me gusta nada, entonces, le quito puntos. Carlos, por ejemplo, mi amigo Carlos, la semana pasada se comió un plato de pasta, un plato de espaguetis, con pan, ¿entendéis? Se comió un plato de pasta, de espaguetis, con pan. Eso no se puede hacer, eso es absurdo… entonces, cuando yo le vi comiendo espaguetis con pan le quité diez puntos, así, de golpe. Diez puntos menos. Porque yo hago listas, mentalmente, yo hago listas de la gente que conozco y bueno, a Carlos, por comer pan con espaguetis le quité diez puntos, así, de golpe.

Pues, bueno, con las palabras, con la gente que acorta las palabras me pasa lo mismo. Yo doy o quito puntos según el vocabulario, la gramática o el tipo de lenguaje que usa la gente, ¿no? Entonces, si alguien, si un adulto, si alguien mayor de 14 o 15 años me dice “finde”, yo mentalmente le quito diez puntos. Así, de golpe. Porque es una palabra que me da repelús, no la soporto.

La segunda palabra que me da repelús es cari. Hay gente que en lugar de decir cariño dice cari. ¡Cari! Pero si la palabra cariño es muy bonita, la palabra cariño es preciosa. 

Yo me enamoraría de alguien que me dijera cariño, amor, ven aquí… pero si alguien me dice cari… si alguien me dice cari, no es que no me enamore, es que le quito 25 puntos, mentalmente le quito 25 puntos, así, de golpe…

Os imaginási en una película clásica de amor, esas películas clásicas de los años cincuenta. Casablanca, con Humprey Bogart… ¿os imagináis a HB diciéndole a la chica: “Siempre nos quedará París, cari”? O peor, peor aún, ¿os imaginais a HB diciéndole a Sam, al pianista, al músico de Casablanca, os imaginais diciéndole, “Tócala de nuevo, compa o tócala de nuevo, porfi”?

Pero, hombre, sería ridículo, ¿no? ¿Quién se podría tomar en serio a unos personajes de una película que dijeran siempre porfi, finde, cari…?

Y la tercera palabra que me da más rabia, la tercera palabra que me da más repelús, es peli. Decir peli en lugar de película. Hay gente que dice voy a ver la última peli de Almodóvar. Bueno, vamos a ver, Almodóvar no hace “pelis”. No se puede decir que una película de Buñuel, de Carlos Saura o de  Berlanga son pelis… No son pelis, son películas. No se puede decir “¡ay, qué buena la última peli de Almodóvar!”. No, hombre, eso es un sacrilegio, eso es una blasfemia.

Hay que decir película, aunque sea una palabra larga, que tampoco es tan larga: película, sí señor: voy a ver una película del señor Almodóvar, de Don Pedro Almodóvar….

Yo sé que soy muy maniático. Yo sé que mucha gente no comprende estas manías mías, pero bueno, yo soy así. Sí alguien me dice “¡Compa, el finde vamos al cine a ver una pelí¡” Yo le quito  25 puntos, así, de golpe. Le quito 25 puntos, mentalmente, y me quedo tan tranquilo.

El problema de usar este tipo de palabras, el problema de acortar las palabras es que a los estudiantes de español estas palabras acortadas les encantan. En cuanto descubren que se puede decir finde, en lugar de fin de semana o que se puede decir peli en lugar de película o que se puede decir porfi en lugar de por favor o profe en lugar de profesor…. En cuanto descubren estas palabras… Les encanta, les encanta decir estas palabras y las dicen todo el tiempo, a todas horas, en cualquier contexto, siempre, sin tener en consideración si es el momento es apropiado o no… y claro, entonces me encuentro en clase, en clase de español, rodeado de gente, de estudiantes que me dicen “profe, vamos  ver una peli de Almodóvar el finde… o compas quien me deja un boli o buen finde, profe”.

Y yo, claro, ¿cómo les digo yo que estas palabras no se pueden usar tan a menudo, todo el tiempo? Por un lado, los veo tan ilusionados… han descubierto palabras nuevas… Son como los niños, como los niños de los que hablaba antes, ¿no? que juegan con las palabras. Pues a los estudiantes de español les pasa como a los niños, que juegan con las palabras, les encanta.

Lo que hago, lo que hago para solucionar este problema es que normalmente voy a clase así, con tapones, con tapones en los oídos… Esto son tapones para los oídos. Me pongo tapones en los oídos así, disimuladamente, y no tengo que escuchar a los estudiantes…. Me pongo los tapones en los oídos y todo solucionado.

Nadie se da cuenta. Ellos siguen hablando y yo nada, los miro, hago como que los estoy escuchando y nada. Todos contentos… ellos están contentos porque piensan que hablan muy bien español y yo tan contento porque no tengo que escuchar esas palabras que me dan repelús… en fin, son secretillos, pequeños secretos que tenemos los profesores de español para sobrevivir el día a día en clase de español.

La próxima vez que estéis en clase de español, mirad a vuestro profe en las orejas, miradle las orejas a vuestro profe y quizás, quizás, veréis que lleva tapones para los oídos… es muy común, es muy frecuente.

Bueno, chicos, nada más por hoy. ¿De acuerdo? Espero que os haya gustado este vídeo y que hayáis aprendido un poco de español. ¿Vale? Venga nos vemos en el próximo vídeo… ah, un momento, un momento, en el blog he puesto la transcripción y un ejercicio para practicar el vocabulario, ¿de acuerdo?

¡Venga, hasta el próximo vídeo, adiós!