Mejorar tu autoestima

Resumen:

Hoy os cuento cómo YouTube ha aumentado mi autoestima en los últimos años.

TRANSCRIPCIÓN

Hola, chicos, ¿qué tal?

Bienvenidos a un nuevo episodio de nuestro podcast ESPAÑOL CON JUAN. Ya sabéis que este es un podcast en español para aprender español. Un podcast que te puede ayudar a pasar del nivel intermedio al nivel avanzado de español. ¿Qué tienes que hacer? ¿Qué tienes que hacer para pasar del nivel intermedio al nivel avanzado de español? Pues tienes que leer y escuchar español cada día o casi cada día. Y eso es exactamente lo que puedes hacer con nuestro podcast: escuchar cada día un poquito, leer las transcripciones y prestar atención a las expresiones que uso, la gramática, el vocabulario… yo te aconsejo que imprimas las transcripciones y subrayes las palabras o las expresiones más interesantes de cada episodio, que tomes notas… en fin, que seas activo. Escuchar español de fondo, sin prestar mucha atención, sin estar atento a lo que digo y a cómo lo digo pues, bueno, no es muy efectivo. Es mucho mejor si eres activo, si prestas atención, si escuchas con atención lo que digo, las expresiones que uso, la gramática de las frases que digo, las estructuras gramaticales que empleo, en fin… Tienes que hacer una escucha activa, no pasiva. Si te pones a lavar los platos o a planchar o si vas en autobús o corres por el parque mientras escuchas los podcasts, eso está muy bien, eso es genial, pero, atención, presta atención, no te duermas, no te pongas a pensar en las musarañas (qué bonita expresión: pensar en las musarañas): no te distraigas, no te pongas a pensar en todas las cosas que tienes que hacer, no te pongas a pensar en la lista de la compra, no te pongas a pensar en lo que vas a comer hoy, no te pongas  a pensar en lo que vas a hacer el fin de semana… intenta seguir lo que yo estoy diciendo, intenta prestar atención, intenta escuchar con atención lo que digo… y, como he dicho antes, mucho mejor si puedes imprimir la transcripción y subrayar las palabras más interesantes, las expresiones, las estructuras gramaticales que yo uso…si seres activo, mucho mejor; si escuchas de una manera activa, vas a avanzar más rápidamente que si simplemente escuchas el podcast de fondo, como una música de fondo, pero sin prestar realmente atención, es decir, pensando en las musarañas.

¿Alguien sabe qué son las musarañas? ¿No? ¿No lo sabéis? Bueno, yo tampoco lo sabía hasta hace cinco minutos, la verdad. En español se dice que alguien está pensando en las musarañas cuando está distraído, cuando está divagando, cuando está con la mente distraída, pensando en todo y en nada, cuando el pensamiento pasa de una idea a otra sin focalizarse en nada, sin reflexionar, sin prestar atención a nada en particular… Cuando estamos en una clase aburrida, por ejemplo, o cuando alguien nos habla de algo que no nos interesa, enseguida nos ponemos a pensar en las musarañas, o sea, nos distraemos, no prestamos atención a lo que nos están diciendo, nos ponemos a pensar en otras cosas, ¿no? Es algo así como soñar despierto. Algo similar a soñar despierto, sí. Bueno, decía, os había preguntado si sabíais qué son las musarañas. Yo la verdad es que no lo sabía hasta hace cinco minutos porque lo he mirado en un diccionario. Conocía la expresión pensar en las musarañas. Es una expresión muy frecuente en el español coloquial. Es algo que se usa muy a menudo, pero yo creo que nadie sabe realmente qué son las musarañas… yo me imaginaba que las musarañas era algo así como nubes en el cielo o quizás… no sé, no sé, la verdad es que nunca he sabido qué eran las musarañas hasta hace cinco minutos que he visto en Google que son unos animales muy similares a los ratones. Bueno, viendo las fotografías, a mí me parece que la musaraña es simplemente un tipo de ratón. Bueno, en fin, yo no sé de dónde viene esta expresión: pensar en las musarañas. No sé por qué se dice que alguien está distraído, que no está prestando atención, no sé por qué se dice que está pensando en este tipo de ratones… No sé cuál es la razón histórica, pero lo que si sé es que se usa para hablar de alguien que no presta atención, que está distraído.

En fin, ya me estoy enrollando, como siempre.

De lo que yo quería hablar hoy no era de las musarañas, sino de YouTube.

A ver, a ver si me explico.

Yo estoy muy contento con el éxito de nuestro canal en YouTube y de nuestro podcast. La verdad es que sí, estoy muy contento. Cada vez hay más seguidores de Español Con Juan, cada vez hay más gente que ve nuestros vídeos, cada vez hay más gente que escucha nuestro podcast… Y los comentarios de la gente, vuestros comentarios, los comentarios que me dejáis en Facebook, en YouTube o en nuestro blog, pues, bueno, en general, la gran mayoría, la inmensa mayoría son muy muy positivos. La mayoría de vosotros me decís que os gustan mucho los vídeos que hago, los podcasts, que aprendéis un mogollón escuchando lo que digo, en fin… y eso, eso es, para mí, como profesor, una inmensa, una gran satisfacción, de verdad, de verdad os lo digo.

Yo, desde el punto de vista personal, me siento mucho mejor ahora que trabajo en internet, ahora que doy clase de español en internet me siento mucho mejor desde un punto de vista personal y profesional, me siento mucho mejor que antes, cuando solo trabajaba en la universidad, cuando solo daba clase de español en la universidad. Ahora, como sabéis, yo compagino estas dos actividades: doy clase en la universidad, en la universidad de Londres, y creo materiales para aprender español en línea, online, en internet.

De hecho, muchos de vosotros a veces me preguntáis, pero, joder, Juan, ¿no te cansas? ¿De dónde sacas el tiempo para hacer tantas cosas? Los vídeos, el podcasts, los ejercicios en el blog, los cursos online, los libros que escribes…

Sì, es verdad, es muy cansado. A veces tengo que levantarme muy temprano, cuando todavía es de noche, para editar un vídeo, para escribir el guión de un podcast, para escribir la NEWSLETTER, para hacer nuevos ejercicios en nuestro blog… No, la verdad es que no es fácil. A veces es muy cansado. Sobre todo porque tengo que compaginar mi trabajo en la universidad con el trabajo en internet. Son dos trabajos, claro, porque también tengo que preparar las clases de la universidad, corregir exámenes, corregir los ensayos que escriben mis estudiantes…

En fin, que, como se suele decir, “no doy abasto”. No sé si habéis escuchado alguna vez esta expresión: no dar abasto. No dar abasto se usa cuando tenemos mucho trabajo que hacer, cuando tenemos muchas cosas que hacer y no tenemos tiempo para hacerlas todas, cuando estamos todo el día trabajando, cuando no tenemos tiempo para hacer una pausa, cuando siempre nos llegan más tareas que hacer… eso es “no dar abasto”.

Y bueno, yo, como decía, a veces no doy abasto tratando de compaginar mi trabajo en la universidad y mi trabajo en internet.

Pero, lo que quería decir es que, bueno, a pesar de todo, a pesar de que a veces no doy abasto, la verdad es que me compensa, me compensa el esfuerzo y el trabajo que le tengo que dedicar.

Me compensa, sí, porque el trabajo que hago en línea, online, es muy creativo. Desde que trabajo en internet me he dado cuenta de que yo soy mucho más creativo de lo que pensaba.

Veréis, yo he sido siempre una persona bastante tímida y he seguido siempre, digamos, una educación “normal”. En la escuela, de niño, no era particularmente bueno en nada, no había ninguna asignatura que se me diera especialmente bien. Me gustaba la literatura y, sí, bueno, quizás la literatura y también el francés eran las dos asignaturas que más me gustaban, eran las asignaturas que mejor se me daban. Pero, en general, creo que era un estudiante normalito, ni demasiado bueno ni demasiado malo.

En aquellos años, cuando yo era pequeño, había asignaturas digamos importantes como las matemáticas, la historia, la física… y luego había asignaturas muy fáciles… fáciles en el sentido de que era fácil aprobarlas. Esas asignaturas fáciles de aprobar son las “María”. Así se llama en España las asignaturas que son muy fáciles de aprobar, que todo el mundo aprueba: María.

Por ejemplo, cuando yo estudiaba en la escuela, las asignaturas maría eran la religión, el dibujo, la música y la educación física, la gimnasia.

Esas eran las “marías”. Eran asignaturas que todo el mundo aprobaba y que nadie se tomaba demasiado en serio. Las asignaturas importantes eran las matemáticas, la física, la historia…

En fin, bueno, lo que quiero decir es que en aquellos años no se daba demasiada importancia a otras asignaturas que no fueran las matemáticas, la física, la historia… esas eran las asignaturas realmente importantes, las que había que aprobar y si era posible con buena nota… Esas eran las asignaturas que realmente valían la pena. Las otras, bueno, las otras eran las marías, las que nadie se tomaba realmente en serio.

Entonces, lo que quiero decir es que antes, no sé ahora, no sé si ahora esto ha cambiado, no sé si ahora es diferente, pero por lo menos antes en las escuelas no se daba mucha importancia a la formación en estas asignaturas fáciles, en las marías. Parecía que la música, el dibujo o el deporte no eran realmente importantes. Al menos ese era el mensaje que se mandaba a los niños, ¿no? Lo importante en la vida es saber de matemáticas, de física, de historia… pero saber tocar un instrumento musical, aprender a leer una partitura, conocer las obras de los grandes compositores, por ejemplo, no era muy importante. Y tampoco parecía muy importante desarrollar la habilidad para dibujar o al menos para apreciar una obra de arte, para saber entender un poquito cómo interpretar una pintura, una escultura…

En fin, lo que pasa es que, claro, si se da mucha importancia al estudio de estas asignaturas, si se las considera unas maría, pues, claro, los niños tampoco les dábamos ninguna importancia.

Y además, si como era mi caso, a mí no se me daba bien dibujar ni tocar música ni hacer deporte, pues, bueno, uno crece, o por lo menos ese es mi caso, uno crece pensando que no es bueno para hacer nada, que uno es digamos “normalito” o, dicho en otras palabras, que uno es bastante mediocre y no sobresale en nada…

Y yo crecí así. Durante toda mi infancia, mi adolescencia y mi juventud siempre pensé que, bueno, que yo no era bueno, que yo no era realmente bueno para hacer nada en particular, que no se me daba bien nada, que nada se me daba realmente bien. No se me daban bien las matemáticas, no se me daba bien la biología, no se me daba bien la química, no se me daba bien la física… Y tampoco se me daba bien la música, ni el dibujo, ni los deportes… en fin, que no se me daba bien hacer nada. No es que se me diera fatal, tampoco es eso, pero no se me daba bien, realmente bien, nada.

Bueno, las matemáticas se me daban bastante mal, es verdad. Nunca he sido un genio para las matemáticas, pero…Bueno, lo que quiero decir es que yo he crecido pensando que en algunas asignaturas yo era “normalito” y en otras, como las matemáticas o la física, era bastante malo y no había ninguna en la que yo pudiera decir, esta asignatura se me da muy bien, realmente muy bien. La literatura  y el francés se me daban un poquito mejor que las otras, pero tampoco nada del otro mundo.

Total, lo que decía, que yo he crecido pensando que no tenía ninguna habilidad especial para hacer nada.

Pero es que, además, la gente me lo decía, ¿no? La gente que yo conocía, en la escuela, mis amigos, incluso mi familia… nunca me decían “¡Ah, qué bien haces esto o qué bueno eres haciendo esto o qué bien se te da tal cosa!”

No, la gente normalmente solo me decía lo que no sabía hacer, lo que no se me daba bien… muy pocas veces me decían que se me daba bien hacer algo… Recuerdo que cuando, por ejemplo, cuando empecé a estudiar Psicología en la universidad mucha gente me dijo que era un error porque en Psicología había que estudiar un mogollón de matemáticas. En Psicología, sí, es verdad, hay muchas asignaturas de matemáticas y de ciencias, en general, y claro, la gente que yo conocía, incluso mi familia, me decía “No, no hagas Psicología. A ti no se te dan bien las matemáticas. Vas a suspender”. Eso me decían, que yo iba a suspender porque las matemáticas no se me daban nada bien.

Menos mal que no les escuché. Menos mal que no les hice caso. Menos mal que creí en mí y menos mal que hice lo que me dio la gana. Fui a la universidad, estudié la carrera que más me gustaba, que era Psicología, y además saqué unas notas muy buenas en las asignaturas de matemáticas.

No es que yo sea un genio de las matemáticas, que no lo soy, pero demostré, les demostré a todos los que me habían dicho que no se me daban bien las matemáticas que yo podía ser tan bueno como el que más, que sí, que vale, que yo no era un matemático, que yo no era un experto o un genio en matemáticas, pero tampoco era un negado, tampoco era el desastre que pensaban ellos. Simplemente si me esforzaba un poco podía aprobar, podía aprender matemáticas como cualquier otra persona. De hecho, como digo, mis notas en matemáticas en la universidad fueron bastante altas.

El problema, lo comprendí después, luego, con los años. Con los años uno comprende cosas que no entendíamos de jóvenes, ¿verdad? Pues, con los años comprendí que el problema no era que a mí no se me dieran bien las matemáticas ni cualquier otra asignatura: el problema era mi falta de autoestima, mi autoestima tan baja, mi inseguridad… Y esa inseguridad me venía, en gran parte, porque la gente que me rodeaba me decía que yo no era capaz de hacer algunas cosas, que yo no era bastante inteligente o que no estaba lo suficientemente preparado para hacer algo… Ese era el problema. El problema no era que yo no fuera bueno para las matemáticas, sino que mis amigos, los profesores que tenía entonces e incluso mi familia me decían, me repetían, que yo no era bueno. Si la gente que te rodea de niño, de joven, no creen en ti, tú creces pensando que no vales, que no sirves para hacer nada. Si te repiten todo el tiempo que no eres bueno para hacer algo, pues al final, claro, terminas por creértelo, ¿no? Terminas por tener una autoestima muy baja. Si en lugar de decirte las cosas que haces bien, si en lugar de animarte a hacer lo que te gusta, si en lugar de felicitarte por tus logros, todos los que te rodean de niño o de joven te dicen que no se te da bien esto o que no se te da bien aquello, pues, al final, terminas con la autoestima por los suelos, ¿no? Terminas con una autoestima muy baja. Terminas pensando que no vales, que no sirves para nada.

Y así he crecido yo, pensando que no se me daba bien hacer nada o muy pocas cosas. Menos mal que, en el fondo, en el fondo, yo creía un poquito en mí mismo y no me dejé convencer por todos aquellos que me decían que no tenía que estudiar, que era mejor no hacer nada porque de todas formas no se me daba bien hacer nada… menos mal que no les hice caso, menos mal que hice Psicología, menos mal que hice lo que me dio la gana… Menos mal porque cuando estudiaba en la universidad, cuando estudiaba Psicología en la universidad me di cuenta de que en realidad a mí las matemáticas no se me daban tan mal como yo pensaba o como pensaba la gente que me rodeaba. Como digo, saqué unas notas bastante altas, bastante buenas, en las matemáticas de la universidad y me di cuenta de que, bueno, yo no era Eisntein, yo no era un genio de las matemáticas, pero, joder, podía, si me lo proponía, si me lo proponía podía sacar una nota bastante alta en matemáticas. Y eso me hizo subir mi autoestima un montón. Terminar la carrera fue, ahora lo entiendo, un gran triunfo para mí. Me hizo entender que yo no era tan tonto ni tan estúpido como me habían dicho. Eso fue muy importante para aumentar mi autoestima.

Y, bueno, lo que estaba diciendo, lo que estaba diciendo antes sobre mi trabajo en línea, mi trabajo en internet es que, gracias a mi trabajo en internet, mi autoestima también ha aumentado. Y mucho.

Yo empecé a hacer vídeos en YouTube hace unos tres o cuatro años. No recuerdo bien. Y para mi fue realmente difícil empezar. Como digo, como he dicho antes, yo he sido siempre, yo soy, sigo siendo y creo que seguiré siendo toda mi vida una persona muy tímida y nunca me ha gustado ni siquiera hacerme fotografías… mucho menos hacer vídeos que pueda ver todo el mundo… no sé, en un próximo episodio del podcast os hablaré de esto en más detalle, pero digamos que a mí siempre me ha dado mucha verguenza ponerme delante de la gente, hablar en público, ser el centro de atención… Siempre me ha costado mucho esfuerzo…

Y por eso, al principio, empezar a hacer vídeos en YouTube fue realmente duro. No solo desde el punto de vista técnico, aprender a usar una cámara, un micrófono, manejar la luz, entender cómo funciona YouTube… en fin, todo esa parte técnica puede ser un poco complicada, pero lo más duro es sin duda, al menos para alguien tímido, ponerse delante de una cámara y grabar un vídeo que verá tanta gente, miles de personas… eso fue muy duro al principio. Todavía lo es, pero claro ahora es más fácil, uno se acostumbra.

Pero, lo que ha pasado es que, como la gente me ha dado tanto apoyo y tanto cariño, como la gente me dice que les gustan mis vídeos, que aprenden español conmigo, que se ríen con las tonterías que hago o con las chorradas que digo a veces, como mucha gente me dice que se lo pasa muy bien con mis vídeos, pues, claro, he comprendido que hacer vídeos es algo que se me da bien, que se me da bien hacer reír a la gente, que se me da bien contar historias, que se me da bien escribir monólogos de humor, que se me da bien enseñar español de una forma divertida y, parece, eficaz. Y eso, chicos, eso es maravilloso. Eso ha sido un descubrimiento maravilloso para mí.

Como dije antes, yo acabé la escuela pensando que no era bueno, que no era realmente bueno para hacer nada en particular, que no se me daba bien nada en particular; luego la gente me decía que yo era un desastre para estudiar matemáticas, que no debería estudiar en la universidad…

Crecía así, tímido, inseguro, pensando que no era bueno para hacer nada, que no se me daba bien nada…

Por eso el éxito que he tenido estos últimos años con los vídeos en YouTube es tan importante para mí. Me ha hecho sentir mucho mejor conmigo mismo. Me ha hecho comprender que algunas cosas no se me dan mal, que algunas cosas se me dan incluso bastante bien… y mucha gente en todo el mundo me dice que le gusta lo que hago, que aprende español conmigo, que se divierte conmigo… y eso, chicos, eso tiene un gran valor para mí. Eso tiene un valor incalculable para mí.

Porque, vamos a ser sinceros. Yo no gano mucho dinero con mis vídeos ni con mis libros ni con los cursos que hago en internet. Le dedico muchas muchas horas de trabajo y mucho esfuerzo… como decía antes, a veces me tengo que levantar muy temprano, de madrugada, para editar un vídeo o para escribir el guión de una historia o para terminar el capítulo de un libro… son muchas horas de trabajo, son muchas horas sin dormir… Y, como decía, a veces no doy abasto; entre el trabajo en la universidad y el trabajo en internet, muchas veces no doy abasto.

¿Merece la pena el esfuerzo? ¿Vale la pena todo esto que estoy haciendo? Sí, la respuesta para mí es sí. Aunque no gane mucho dinero, el esfuerzo merece la pena porque gano autoestima, gano seguridad en mí mismo, gano confianza en mí mismo. Quizás no gane mucho dinero, pero me compensa el esfuerzo porque desde que publico vídeos en YouTube y desde que hago este podcast, en general, desde hace unos pocos años, me siento mucho mejor conmigo mismo, me siento más contento y más satisfecho de mí mismo.

Trabajar, enseñar español en internet, me ha dado una mayor autoestima. Saber que hay gente ahí fuera que aprecia lo que hago, que aprecia el trabajo y el esfuerzo que hago; saber que hay gente a la que le gustan mis historias, mis vídeos, que se lo pasan bien conmigo… saber todo eso me ha hecho mucho bien psicológicamente. Y eso compensa, eso me compensa todas las horas sin dormir que tengo que dedicarle al trabajo que hago en internet, de todo el esfuerzo que tengo que realizar…

Y aunque no gane mucho dinero, pues, qué queréis que os diga, que eso, desde un punto de vista personal, me compensa, me está compensando. Por el momento me está compensando. En el futuro no sé. No sé cuánto tiempo podré continuar con este ritmo, combinando mi trabajo en la universidad y en internet, no sé cuánto tiempo podré soportar este ritmo de trabajo porque además, ya no soy tan joven como antes… los años pasan y poco a poco falta energía, ¿no? Pero bueno, digamos que por el momento me compensa, el trabajo en internet me hace sentir bien conmigo mismo…

El que te digan que haces algo bien es tan importante. Esto lo he descubierto ahora, estos últimos años. El que la gente te diga que algo que tú haces está bien, que disfrutan con tu trabajo, que eres bueno en algo… todo eso es tan importante para la autoestima, para el bienestar de uno, para sentirse bien psicológicamente… eso es lo que creo yo que falta muchas veces en la escuela y por supuesto también en las familias, entre amigos, en el trabajo… es tan importante reconocer el trabajo de los niños, de los amigos, darles apoyo, animarles a superarse a sí mismos, felicitarles por lo que hacen bien, hacer que se sientan bien consigo mismos…

Eso es algo que no se hace siempre en la escuela, como digo, ni en la familia, ni entre amigos, ni siquiera en el trabajo, ni siquiera en el lugar de trabajo.

Otro día hablaré de las diferencias entre dar clase en la universidad o en la escuela y dar clase en internet, de cómo lo veo yo, de cuánto es importante que los compañeros de trabajo reconozcan tu trabajo, tu esfuerzo… que te ayuden a desarrollarte personal y profesionalmente. Eso es superimportante.

Y eso es algo que solo he logrado en internet, haciendo vídeos, escribiendo libros y publicando podcasts en internet… Gracias a este trabajo en internet estoy aprendiendo que, oye, pues, algunas cosas las hago bien y tal, ¿no? Eso ha sido tan importante para mí, para mi autoestima…

Bueno, chicos, vamos a dejarlo aquí por hoy. Creo que este podcast es demasiado largo. No quiero aburriros. Probablemente muchos de vosotros os habéis quedado dormidos escuchándome… Pero si todavía estáis despiertos, si todavía estáis ahí, si habéis llegado hasta el final, pues, oye, muchas gracias y espero vuestros comentarios. Me encanta leer vuestros comentarios. Ahora hay tantos que realmente no tengo tiempo de contestar a todos, pero leo lo que escribís, y, como digo, me hace muy feliz saber que os gusta lo que hago… en fin, no me enrollo, no me enrollo más.

Os saludo y me despido de vosotros hasta la próxima semana.

¡Nos escuchamos la próxima semana aquí, en ESPAÑOL CON JUAN!

Qué paséis una muy buena semana.

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