No me mola currar

Resumen:

Dicen que el trabajo es salud. Yo no lo creo. Se vive mejor sin trabajar. Currar no mola y en el episodio de hoy te explico por qué.

TRANSCRIPCIÓN

¡Hola chicos! ¿Qué tal? ¡Bienvenidos! Bienvenidos a un nuevo episodio de “Español con Juan.” Yo soy Juan y esto es un podcast en español para aprender español. Un podcast maravilloso para mejorar tu español.

Si tú quieres pasar del nivel intermedio al nivel avanzado, tienes que escuchar, escuchar, escuchar mucho, mucho, mucho, mucho en español. Claro que sí. Y eso es lo que hacemos aquí, cada semana un episodio cortito de 15-20 minutos en español. Todo, todo, todo, todito, todito, todo en español y así, cada semana un poquito y al final del año, al final del año yo te aseguro, si tú escuchas el podcast y otros ¿Eh? Y otros porque hay muchos podcast.

Pues si tú escuchas cada día o cada semana, regularmente “Español con Juan” y bueno, y otros podcast en español, yo te aseguro que al final de este año tu español será mucho mejor o bastante mejor, o quizás no sé, un poco mejor. No quiero, no quiero crear, no quiero crear falsas expectativas ¿No?

Porque hay gente que piensa: “Oye, si escucho “Español con Juan” en tres meses voy a ser bilingüe.” No hombre, no, no es eso, no es eso. Pero si escuchas, si escuchas mucho, regularmente en español a alguien tan simpático y tan guapo como yo, pues seguramente, seguramente tu español va a mejorar. Poquito a poco, cada día un poquito ¿No?

Esto es una carrera de fondo, una carrera de fondo. No es un sprint. ¿No? ¿Ves la diferencia? Un sprint, alguna gente, alguna gente piensa que aprender un idioma es como correr, como hacer un sprint ¿No? Que tienes que ir corriendo mucho para no sé, correr 50 metros, 30 metros muy rápido, muy rápido para llegar el primero y qué agobio, qué estrés. No, no, no, no.

Aprender un idioma es un maratón, es un maratón. Es una carrera de fondo, hay que ir, hay que correr, hay que correr pero no demasiado. No demasiado. Ni demasiado rápido porque te agotas, te agotas después de un kilómetro estás muerto, estás muerto estás hecho polvo ¿No? Tienes que ir más despacio, más tranquilo porque la carrera es una carrera larga, es un maratón. No sé cuántos kilómetros son un maratón, cuarenta y tantos kilómetros me parece ¿No? Cuarenta y tantos.

Bueno, entonces no puedes correr, no puedes correr un maratón de cuarenta y tantos kilómetros muy, muy rápido, muy rápido desde el principio. No, tranquilo chico, tranquilo. Hay que correr, hay que correr, hay que ir a un buen paso, a un buen paso pero sin exagerar ¿No? Sin exagerar. No es un sprint, no es un sprint ¿No?

Pues el idioma, los idiomas, aprender español pues es igual. Es un maratón, lleva tiempo y si corres mucho al principio… Quieres aprenderlo todo, de bulla y corriendo ¿Eh? De bulla y corriendo, de prisa y corriendo. “Bulla” es prisa ¿No? Hacer algo muy rápido. De bulla y corriendo. Hacer algo muy de prisa pues ¿Qué pasa? Pues que después de unas semanas estás harto, estás harto del español porque claro, te agotas, te agotas. Hay demasiada información, hay demasiada información.

Tranquilo chico, tranquilo. El cerebro necesita tiempo, necesita tiempo para entender, para memorizar, para comprender todo, para integrar todo. Tranquilo chico, tranquilo chico. Lleva tiempo, lleva tiempo. No puedes meter a presión toda la gramática del español y todo el vocabulario ahí como si fuera una maleta ¿No?

Mi amiga Marta, mi amiga Marta cada vez que se va de viaje se lleva todo. Para un fin de semana, para un fin de semana en Barcelona o en Mallorca la tía pone todo. Pone los abrigos de invierno, la chaqueta, los pantalones, la falda, los zapatos, los bolsos. Y yo le digo: “Tía, tía, tía pero ¿A dónde vas? Si vas a estar un fin de semana en Mallorca. Vas a ir a la playa tía, llévate el bañador, la crema para el sol y un sombrero ¿Eh?” No, no, ella se lleva todo. “No, es que a lo mejor hace frío. Oye, a lo mejor llueve. Oye, a lo mejor tengo que ir a una discoteca. Oye, a lo mejor tengo que ir a un restaurante.” Oye, a lo mejor. Oye, a lo mejor, a lo mejor, a lo mejor. Al final la tía lleva una maleta que…

Una vez, una vez me llamó por teléfono para pedirme que fuera a su casa (Subjuntivo imperfecto) Me pidió, me pidió ¿Vale? Me pidió que fuera, ella, me pidió que yo fuera (Subjuntivo imperfecto) a su casa a sentarme, a sentarme encima de su maleta porque no la podía cerrar la tía. La tía había puesto tantas cosas dentro de la maleta que me dijo, me dijo: “Juan ven, ven a mi casa, ven a mi casa. Oye te invito a una cerveza y tal y te sientas en la maleta”.

Bueno, la verdad es que me dijo algo más, me dijo: “Juan porque tú tienes el culo muy gordo.” Me dijo: “Tienes el culo muy gordo. Seguramente se va a cerrar muy bien la maleta.” Bueno, eso no me pareció bien. Bueno, si me lo dice otra persona, bueno pero como me lo dijo Marta pues bueno, no pasa nada.

Total que me senté en la maleta y la cerramos y luego nos bebimos una cerveza. Y la tía me dice: “Es que voy a Mallorca dos días.” ¡Dos días a Mallorca, tío! Dos días a Mallorca, joder. ¡Uy, perdón! Perdón, es que cuando hablo así de forma natural y espontánea, a veces digo palabrotas ¿No? Perdón, perdón, perdón.

Bueno ¿De qué estaba hablando? Sí, exacto. De que el aprender español no podéis hacer para aprender español, para aprender español no podéis hacer como hace mi amiga Marta con su maleta. No, no podéis meterlo todo de golpe, ahí todo arrugado, de mala manera, llevar todo, todo, todo y luego sentarse encima de la maleta. Hombre, la maleta se rompe, es muy pesada y además es inútil, es inútil porque la mayoría de las cosas no se las pone.

Y en vuestro caso que estáis estudiando español pues igual. Aprendes, metes dentro de tu cerebro tantas cosas que luego no vas a usar. Aprendes listas de, nombres de animales, el tiburón, yo qué sé, yo no sé los nombres de los animales en español. Hay estudiantes de español que saben más nombres de animales que yo. El pulpo, la cobaya, no sé. La gente aprende listas de animales, listas de flores, nombres de flores que yo no… Una petunia, yo… Vamos a ver, vamos a ver. Estudia lo que necesites ¿No?

Lo que yo le digo a Marta: “Mete en la maleta lo que vayas a necesitar.” Si vas a Mallorca un fin de semana y vas a ir a la playa tía, llévate el bikini, un sombrero, las gafas de sol. En fin, lo que vas a necesitar. Y a los estudiantes de español les digo exactamente lo mismo, aprended, meteos en la cabeza lo que vais a necesitar. Si te metes en la cabeza 40 mil nombres de flores, de animales, de yo qué sé, yo qué sé. La gente aprende de todo, la gente aprende de todo. Nombres de medicinas, nombres de enfermedades. Tranquilos, tranquilo. Hay que ir tranquilo, hay que aprender lo que necesitas y hay que darle tiempo, hay que darle tiempo. Esto es un maratón.

Bueno me estoy enrollando, me estoy enrollando. ¿Por qué me estoy enrollando tanto? Me enrollo demasiado. Ha pasado ¡Pero si ya es hora de terminar el podcast! ¡Casi! ¡Por el amor de Dios! Bueno a ver, no me enrollo, no me enrollo.

Yo no quería hablar de esto, yo de lo que quería hablar este que la semana pasada hice aquí un episodio de nuestro podcast explicando, explicando la expresión “Ponerse las pilas” ¿No? Hay que ponerse las pilas, tienes que ponerte las pilas, vamos a ponernos las pilas. Tío, ponte las pilas. Y fue un episodio que ha gustado mucho ¿Eh? Sí, ha gustado mucho. Me han llegado muchos comentarios de gente diciendo: “Joder Juan…” Uy perdón, otra vez he dicho otra palabrota. Diciéndome: “Juan tío qué guay, qué guay el último episodio.” “Qué guay” significa “Qué bien” ¿No?

“Qué guay el último episodio, qué energía tío, qué energía. Me das, me diste mucha energía. Me pongo…” Hay gente que me ha dicho que ha escuchado ese episodio muchas veces y… Porque les dio energía, les dio energía.

Y yo lo entiendo ¿Eh? Yo lo entiendo porque la gente, la gente no sé cómo decirlo, la gente tiene pereza. La gente tiene pereza, la gente, no. En general todo el mundo es perezoso ¿Entendéis, no? Perezoso. Vago. Somos, todos ¿Vale? Yo, tú, todo el mundo. A mí cuando alguien me dice que le gusta trabajar, yo no sé, yo no sé.

Yo creo que a la gente le gusta pasarlo bien, les gusta ir a la playa, les gusta ir al campo, les gusta estar con los amigos, les gusta tener hobbies ¿No? Les gusta leer, les gusta pasear, les gusta ir a bailar, les gusta pintar, les gusta hacer cosas así. Les gusta, cada uno tiene sus gustos, cada uno tiene sus pasiones, sus hobbies, sus aficiones y eso está muy bien pero ¡¿Trabajar?! ¿Trabajar? Yo creo que eso no le puede gustar, no le puede gustar a nadie. Eso no, yo lo veo muy difícil, yo lo veo…

Quiero decir, yo sé que hay personas que les gusta su trabajo. A mí me gusta mi trabajo pero piensa un poco, piensa un poco. Una cosa es que te guste tu trabajo, así en general. ¿Oye te gusta ser médico? “Me encanta, me encanta ser médico. Me encanta ayudar a la gente que tiene problemas de salud.” ¿Oye, te gusta ser bombero? “Me encanta ser bombero porque tengo un uniforme rojo y un casco muy bonito y todo el mundo piensa que estoy muy bueno y que tengo un físico formidable. Me encanta ser bombero”.

Pero claro, el problema es el lunes por la mañana. Cuando suena el despertador a las cinco, a las seis de la mañana en invierno cuando está todo oscuro, hace frío afuera y no tienes, no tienes, no quiero decir palabrotas pero no tienes, no tienes ganas, no tienes ganas de levantarte. No tienes ganas de levantarte para ir a trabajar al hospital, a la oficina, a la escuela, no. Te quedarías en la cama, claro, claro, claro y yo lo entiendo. Todo el mundo haría eso.

Entonces cuando alguien me dice que trabajar, hombre ¿Te gusta trabajar? Bueno un poco, un poco. Claro, si trabajaras (Imperfecto de subjuntivo) Si trabajaras, si trabajaras las horas que tú quisieras (Imperfecto de subjuntivo) Si trabajaras las horas que tú quisieras ¿Vale? En el momento que te gustara, cuando te apeteciera ¿Vale? Entonces claro, sería maravilloso pero no es así, no es así. Tú tienes un horario, tienes unas responsabilidades, tienes un jefe que tienes que obedecer, tienes que hacer, tienes que cumplir unas reglas, seguir unas leyes. En fin, no es fácil, no es fácil.

Entonces, cuando alguien me dice que le mola trabajar, que le mola trabajar pues yo lo dudo, yo lo dudo. Yo creo que trabajar no mola, trabajar no mola nada ¿No? Yo creo que no, yo creo que no.

Hace unos días, hace unos días vi una fotografía, vi una fotografía en Internet de un grafiti digamos, un grafiti, una frase en una pared, en una pared en España ¿No? Y me hizo gracia, me hizo gracia, me pareció divertido porque decía: “Currar no mola. Currar no mola.” Y es verdad tío, es verdad. Alguien lo tiene que decir, alguien lo tiene que decir porque vivimos en una cultura, vivimos en una sociedad donde se nos dice que podemos realizarnos a través del trabajo. Que si tú trabajas, tú te sientes mejor. Que maduras antes, no sé, que adquieres habilidades, que te integras en la sociedad. ¡Una mierda! Una mierda ¿No? Una mierda.

Currar, depende del curro. Claro, depende del curro. No es lo mismo currar en no sé, currar en un trabajo que te gusta mucho, que es tu pasión, un arquitecto por ejemplo que le encante diseñar edificios, claro se lo pasa mejor que un minero, que un minero que tiene que bajar a la mina todos los días o que un camarero, un camarero en un bar en la playa que tiene que trabajar 10-12 o 15 horas díarías.

En fin, pues claro depende, depende del trabajo. Pero en general, en general currar no mola y eso de que a través del trabajo uno se puede realizar y es bueno para tu personalidad no, no me lo creo, no me lo creo. No me lo creo. Es que vivimos en esta sociedad que te trasmite estas ideas y uno las acepta, uno las acepta sino, eso no es verdad. Hay que indignarse, hay que indignarse y hoy estoy indignado ¿Eh? Hoy estoy indignado.

Recuerdo que una vez cuando fui a España, hace muchos años, hace muchos años llegué a Granada y me bajé del autobús, me bajé del autobús y yo iba desde Londres ¿No? Yo iba desde Londres, fui a Granada en avión y bueno después tomé el autobús, cogí el autobús y cuando me bajé del autobús con la maleta pues lo primero que vi al llegar, lo primero que vi al llegar es un grafiti, una pintada se llama, una pintada, una frase que decía: “Abajo el trabajo. Abajo el trabajo.” ¿Entendéis, no? Abajo el trabajo. Y yo pensé, yo pensé: “Estoy en España.” He llegado a España.

Porque se dice, se dice que a los españoles no nos gusta trabajar ¿No? Que somos perezosos, que dormimos la siesta. Bueno, como todos los estereotipos hay una parte de verdad, hay una parte que no es verdad, hay una parte que no es, que es mentira ¿No? Por supuesto que a los españoles les gusta trabajar pero claro, depende, depende del tipo de trabajo. En España hay muchos trabajar que bueno, no son muy buenos trabajos. Son muy duros, son muy precarios ¿No? Se gana muy poco dinero, las condiciones son difíciles, en fin. No es fácil, no es.

Entonces cuando alguien me dice: “Oye, a través del trabajo uno se realiza.” Pues joder, yo no lo veo así, yo no lo veo así sinceramente. A mí, a mí lo que me hace feliz y lo que me realiza es pues estar con mis amigos, ir al parque, ir al parque a dar un paseo. En fin, esas cosas. Ver una película, ver una buena película, leer un buen libro, dar, ver el atardecer. Esas son las cosas que te realizan, esas son las cosas que molan tío, esas son las cosas que molan.

Si tú trabajas 10, 12 o 15 horas como camarero o yo qué sé, en cualquier otro trabajo, en la mayoría. Oye, en la mayoría de los trabajos la gente tiene que trabajar muchas horas y pasarlo, pasarlo mal ¿No? Por muchas circunstancias.

Entonces, después de trabajar tantas horas, cuando vuelves a casa no tienes ganas de ver la puesta del sol, no tienes ganas de dar un paseo por el parque, no tienes ganas de hacer nada, no tienes ganas nada. ¿Qué hace la gente? ¿Qué hace la gente? Se pone delante de la televisión a ver programas idiotas, a ver programas donde no tiene que pensar, donde no tiene que pensar porque lo que queremos es olvidarnos del día ¿No? Olvidarnos de todo lo que hemos hecho durante el día.

No queremos, no tenemos ganas, no tenemos ganas de yo qué sé, de leer un libro, ni ganas ni tiempo, ni ganas ni tiempo ¿Vale? Claro, estoy generalizando ¿Vale? Estoy generalizando, estoy hablando en general para todo el mundo, por supuesto que hay excepciones. Ya veo, ya veo muchos que van a hacer comentarios: “No Juan, no Juan. A mí me encanta mi trabajo. Yo trabajo muy bien. Me encantan mis compañeros, mi jefe es mi amigo. Me llevo muy bien con mi jefe.” Bueno vale, si a ti te gusta tu curro, si te gusta currar donde curras, fantástico pero hablo en general ¿No? En general yo creo que eso, esa idea de que a través del curro, que currando bueno uno se hace mejor, uno mejora; es una idea que nos han vendido ¿Vale? Nos han vendido esa idea pero yo creo que no es real, yo creo que no es real ¿No?

Y eso, eso es lo que quería, de lo que quería trabajar, perdón uy, de lo que quería hablar hoy ¿No? Que yo creo que hay que hablar claro, hay que hablar claro y hay que reconocer que somos perezosos ¿No? Que somos perezosos y eso de que, eso de que el trabajo es bueno para la salud, eso lo he oído ¿Eh? Lo he oído. “El trabajo es bueno para la salud.” ¡No! No señor. Yo no me lo creo, no me lo creo. Eso es un cuento chino, eso es un cuento chino. Esa expresión no es muy políticamente correcta, no sé pero en español se dice: “Un cuento chino”.

Hay una película, hay una película argentina que se llama: “Un cuento chino” que habla de un chino que va a Argentina ¿No? De un hombre de China que va a Buenos Aires y bueno, creo que no, ahora no sé, quizás no es políticamente correcto pero bueno a mí, lo que yo quería decir es que cuando alguien me dice que el trabajo o que el curro, que currar es bueno para la salud, yo pienso: “Eso es un cuento chino. Eso es un cuento chino.” Eso quiere decir que eso no es verdad, eso es una historia inventada. No es verdad, es una mentira.

Pues sí, para mí eso es un cuento chino y yo no tengo ningún problema, no tengo ningún problema en reconocer que yo soy perezoso. Muchos me decid: “Oye, trabajas mucho.” Bueno, trabajo mucho porque me lo impongo, porque tengo disciplina. Eso sí, yo tengo disciplina, yo tengo disciplina pero no es que yo hago las cosas sin ganas, yo no tengo ganas. Por ejemplo, ahora estoy haciendo este podcast ¿Vale? Y a mí me encanta hacer podcast pero yo preferiría estar en el parque jugando al fútbol con mis amigos o tomando una cerveza, claro o en la playa, o viendo una película. En fin, claro es así ¿No? Yo creo que, me encanta hacer podcast por supuesto, me encanta hacer videos pero oye, si pudiera elegir, si pudiera elegir haría otras cosas y eso, eso creo que todos nos podemos identificar ¿No? Todos somos perezosos, por naturaleza.

El hombre es perezoso, la mujer no sé. Esto es un pequeño chiste. El hombre y la mujer, la humanidad, el ser humano, las personas somos, yo creo que somos perezosos, yo creo que sí. Somos perezosos por naturaleza ¿No? De hecho, de hecho es que a mí me da pereza todo, a mí me da pereza todo. Si tengo que ser sincero, la verdad es que si alguien me dijera (Subjuntivo imperfecto) Si alguien me dijera: “Oye Juan, vamos a dar un paseo por el parque ahora.” También me daría pereza, también me daría pereza.

No sólo me da pereza, no sólo me da pereza el curro, no sólo me da pereza currar; me da pereza casi todo. Me da pereza casi todo. Todo, cuando yo, cuando me veis que tengo mucha energía en los videos, en el podcast es todo, es todo teatro, es todo teatro. Yo en realidad no tengo nada de pereza, perdón, no tengo nada de energía. No, no, yo soy, yo soy muy perezoso. Me da pereza todo, me da pereza todo.

Ayer, ayer vino Carlos, ayer vino Carlos y me dice: “Tío, están poniendo una peli muy buena, muy guay en un cine. Venga vamos, vamos.” Y me dio una pereza, me dio una pereza. A mí me gusta el cine, me dijo: “Tío, a ti te gusta mucho el cine. Es una peli muy guay.” Y yo dije: “Sí, sí, me gusta mucho el cine. Es una peli muy guay pero yo ahora no tengo ganas de salir. Me da pereza, me da pereza salir” y no, al final no salí, al final no salí. Me quedé en casa, luego me arrepentí ¿Eh? Luego me arrepentí. Luego me dije: “Has sido tonto tío, has sido tonto. Podrías haber ido con Carlos a ver esta película.” Pero es que soy así, soy así. Luego me arrepiento ¿Eh? Luego me arrepiento pero sí, me da pereza, me da pereza hacer cosas.

Oye a lo mejor es porque soy español. Estoy pensando ¿Será porque soy español? A lo mejor a los ingleses y a los alemanes esto no les pasa. A lo mejor a los alemanes y a los suecos, a la gente del centro de Europa y del norte de Europa que son mucho más disciplinados, a lo mejor a ellos no les pasa.

Oye si tú, si tú que me estás escuchando, si tú que me estás escuchando eres de Alemania, de Holanda, de Suecia, de estos países así que tienen fama de ser muy trabajadores ¿Vosotros realmente sois trabajadores? ¿Os gusta currar realmente, os gusta currar? ¿O es una autodisciplina, es una autodisciplina que os imponéis? ¿No? Porque yo hago así, yo hago así. A mí me da pereza todo, me da pereza todo. Todo me da pereza.

Ahora después de hacer el podcast tengo que ir a comer, tengo que ir a cocinar y me da pereza, me da pereza cocinar, me da pereza cocinar, me da pereza todo. Joder, no quiero… Estoy diciendo muchos tacos, estoy hablando con un leguaje muy coloquial porque estoy haciendo estos días el curso de “Español coloquial” que ha empezado hace poco y estoy viendo muchos videos y leyendo mucho de sobre este tema y claro, se me pega, se me pega este lenguaje, estas palabras ¿No? “El curro”, “me mola”, todas estas palabras, “el cuento chino”, todas estas expresiones que sí, que es que, yo es que soy así. Se me pega, se me pega.

Si estoy con un argentino hablo como un argentino, si estoy con un mexicano, hablo como un mexicano y si estoy con un gallego, hablo como un gallego. Y ahora que llevo unas semanas viendo muchos videos y escuchando muchas historias de gente que habla así, con español coloquial, pues se me pega, se me pega. Se me pega, es decir que sí, que se me pega, que hablo igual, hablo igual que, copio sin darme cuenta, sin darme cuenta hablo yo también así.

En fin, bueno chicos creo que este podcast está siendo ya demasiado largo. Como siempre, me enrollo pero bueno ya no me importa. Antes hacía esfuerzos por no enrollarme pero como me habéis dicho que os gusta cuando me enrollo, oye pues nada, yo ahora me enrollo y punto. No, no me hago problemas ¿Vale? No me hago problemas. Me enrollo, soy así, digo lo que tengo que decir en el modo como me parece más oportuno y he visto que os gusta pues nada. Pues aquí está mi rollo, mi rollo de todas las semanas.

Chicos, lo dejo, lo dejo porque esto está siendo demasiado largo. Os mando a todos un fuerte abrazo. Un beso a todos y a todas y por supuesto, os espero aquí en “Español con Juan” la próxima semana para un nuevo episodio donde seguiremos practicando español. Venga, un beso. ¡Adiós! ¡Hasta luego! ¡Adiós, adiós!

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