HABLAR ESPAÑOL CON DICHOS Y REFRANES

Resumen:

 Cómo usar bien los refranes y los dichos en español.

TRANSCRIPCIÓN

¡Hola, chicos! ¿Qué tal? Bienvenidos a un nuevo episodio de Español Con Juan. Un podcast en español para aprender español.

¿Qué tal la semana? ¿Bien? Yo estoy pasando mucho frío. Lleva nevando cuatro o cinco días. No sé donde tú vives, pero aquí, donde vivo yo, en Londres, hace un frío que pela. Seguramente no habréis oído nunca esta expresión: hace un frío que pela.

Yo es que, veréis, yo crecí en España en una familia donde había muchas mujeres. Yo crecí sobre todo con mujeres, pero con mujeres mayores. Yo de pequeño vivía con mi abuela y con mis tías, las hermanas solteras de mi madre. Yo tenía tres tías. Tres tías solteras. Ninguna se había casado. Eran hermanas de mi madre, pero eran mucho más mayores que mi madre. Mi madre era la más pequeña, la más joven. Total, que yo me crié, crecí, rodeado de mujeres, pero sobre todo de mujeres mayores.

Y no sé ahora, pero la gente mayor de antes, la gente mayor de cuando yo era chico, cuando yo era pequeño, cuando yo era un niño, pues, la gente mayor, digo, solía decir muchos refranes, muchas frases hechas. Para todo. Hoy no es tan frecuente, creo. Hay expresiones hechas y refranes, claro, pero  yo creo que gracias a mis tías conozco un montón de refranes antiguos y de frases hechas que ya no se usan tanto. La gente los conoce, sí, pero no los usan normalmente. Bueno, la gente más joven es posible que ni siquiera los conozca, no sé. Pero yo los uso y me salen de forma natural, porque son los dichos, las frases hechas que solían decir mis tías, mi abuela, mi madre…

Y esta es una de ellas: hace un frío que pela. Se usa pues, claro, cuando hace mucho frío. Pues esta semana, como decía, ha hecho, bueno, ha hecho no, hace, porque todavía hace mucho frío. Casi no he salido a la calle, la verdad. Porque todas las calles están llenas de nieve  y es muy difícil caminar. Hace unos años salí a caminar cuando había nieve por la calle y me caí al suelo tres veces. No una vez, sino tres veces. Me hice mucho daño. Me caí tres veces en dos o tres minutos. Me caí, me levanté y dos minutos después volví a caerme. Me levanté y luego, dos minutos después, volví a caerme. Terrible. Me hice mucho daño. Y por eso ahora, cuando nieva, no me gusta salir a la calle.

Bueno, pero eso es otra historia. Hoy no quería hablar de la nieve. Quería hablar de refranes. Antes he dicho que mis tías eran muy mayores y que usaban muchos refranes y frases hechas. Y yo, por eso, también los conozco y los uso muy a menudo.

Hay que distinguir, hay que diferenciar, entre los refranes y los dichos. No es lo mismo. Decir que hace un frío que pela no es un refrán, sino un dicho. El refrán es algo diferente. El refrán tiene un mensaje, una enseñanza. El refrán intenta enseñarnos algo. Por ejemplo, un refrán es “a quien madruga, Dios le ayuda” o también, por ejemplo, “más vale pájaro en mano que ciento volando”.

He notado, me he dado cuenta, de que a los estudiantes de español suelen gustarle mucho los dichos y los refranes en español, bueno, en general, cuando se estudian otras lenguas, a los estudiantes suelen gustarle mucho los refranes, los dichos, las frases hechas…

Supongo que es normal porque parece que si usas refranes o frases hechas es como si usaras un español más real, ¿no?, más auténtico, más de la calle… Quizás por eso los refranes gustan tanto. Aparte de eso, claro, los refranes son interesantes. Juegan con las palabras, tienen elementos culturales de la historia del país, quizás, o, no sé, bueno, el caso es que, el caso es que me he dado cuenta de que a los estudiantes de español les gustan mucho los refranes y las frases hechas.

De hecho, si os fijáis, os daréis cuenta vosotros también de que en internet, en Facebook, en Youtube, en fin, en todas las redes sociales, hay grupos, páginas de profesores de español, cursos de idiomas, en fin, un montón de gente, de materiales, que explican estos dichos y estos refranes porque ellos, los que hacen estos cursos, los que mantienen estas páginas, los que hacen estos vídeos en youtube, esta gente también se ha dado cuenta de que ese tipo de contenido vende. Es decir, si os fijáis vais a ver o vais a escuchar un montón de gente en internet que dice “¿sabéis qué significa la expresión a la cama no te irás sin saber una cosa más”?, por ejemplo, o “¿sabéis qué quiere decir en boca cerrada no entran moscas?”.

Los profesores de español de internet se han dado cuenta de que a los estudiantes les encantan este tipo de expresiones y, bueno, pues nada, se han puesto a hacer un montón de vídeos, podcasts, artículos, etc. explicando qué significan, cómo se usan, qué quieren decir.

Y, bueno, no está mal. Yo no tengo nada en contra de esto. Pero sí que me gustaría aclarar algo.

No se puede hablar español simplemente usando refranes y frases hechas. Me he dado cuenta, he visto, que algunos estudiantes usan un montón de estas frases hechas. Quizás usan dos o tres frases hechas o dichos en la misma frase. Eso es demasiado. El problema de los dichos y los refranes es que hay que saber usarlos muy bien. Hay que elegir el momento adecuado para decirlos. No se puede, no sé, no se puede ir a una tienda o a un bar, hablar con el dependiente y soltarle un dicho o un refrán así, sin ton ni son. ¿Entendéis “sin ton ni son”? Quiere decir, sin lógica, sin orden. Hacer algo “sin ton ni son” es hacer algo de forma improvisada, sin preparación, sin orden, sin lógica… sin una razón. Los refranes y los dichos pueden ser muy bonitos y pueden enriquecer mucho el lenguaje, pero hay que saber usarlos muy bien. Son como el condimento de la comida, como la sal, la pimienta o las especias de la comida. ¿Entendéis? A mí me gusta mucho la pimienta, por ejemplo, o la mostaza. También me gusta mucho la mostaza y a veces la uso. O el ketchup. El ketchup, sí, ¿por qué no? A veces me gusta poner ketchup en algunas comidas… pero no hay que pasarse, no hay que exagerar, ¿no? No se puede poner ketchup o mostaza o pimienta en cualquier tipo de comida, todos los días… ¿os imagináis ponerle mostaza o ketchup a las galletas de chocolate? Pues sería terrible, claro, el sabor sería terrible. Y lo mismo pasa si tomamos mostaza o pimienta todos los días… al final es aburrido, ¿no? Las salsas, las especias, la sal… hay que usarlas, pero con moderación, con moderación hacen más ricas las comidas, les dan sabor… pero si las usamos todos los días pierden, ¿no? Sería aburrido poner ketchup a todo tipo de comidas, todos los días. Pues, bueno, lo mismo pasa con los dichos y con los refranes. Hay que usarlos para enriquecer el lenguaje, para dar sabor al idioma, para darle  sabor a las frases que decimos, pero, cuidado, hay que usarlas bien. No se pueden usar en demasía, no se puede abusar, no se pueden usar a todas horas, en cualquier contexto, con cualquier persona, en cualquier situación, a todas horas… eso aburre y suena artificial, cansa, aburre, no suena natural.

¿Entendéis? Entonces, sí, frases hechas, refranes, dichos, sí, hay que conocerlos, hay que usarlos, al menos lo más populares, los que se usan con más frecuencia, pero hay que saber usarlos bien, de forma natural, que no suene artificial.

Y el problema es que no es fácil aprender a usar estos dichos y estos refranes de forma natural. Hay que estar en contacto con nativos, con la cultura de España, ver qué dicen, cómo lo dicen, en qué contextos, cuando es apropiado  y cuando no es apropiado… En fin… Yo recomendaría usar frases hechas y dichos de forma moderada, de vez en cuando. Usar sobre todo aquellos que se conocen bien, que se saben usar bien, que se han aprendido en contexto… pero sin exagerar.

Otra cosa que quería comentar es que, bueno, a mí me gustan mucho los refranes, es verdad. Me parecen algo muy interesante, muy tradicional, que refleja la cultura. Los refranes son como una herencia del pasado, algo que nos dejaron nuestros abuelos, un tipo de sabiduría o de enseñanza que se pasa de una generación a otra… eso es muy interesante… pero, por otro lado, la verdad es que no todos los refranes son positivos, no todos los refranes transmiten un mensaje positivo o digno de mantener. Es decir, hay refranes que bueno, son, interesantes, que transmiten un mensaje con el que podemos estar todos o casi todos de acuerdo. Por ejemplo, qué sé yo, por ejemplo, “del dicho al hecho hay un trecho”, que quiere decir que es fácil hace una promesa, decir que se a hacer algo, pero es difícil hacerlo, es difícil cumplir lo que se ha prometido hacer. En fin, ese puede ser un refrán aceptable, que transmite un mensaje realista, ¿no? Un mensaje con el que todos nos podemos identificar. Algo similar ocurre con, por ejemplo, “a caballo regalado no le mires el diente”, es decir, que cuando te hacen un regalo o cuando consigues algo sin esfuerzo, no hay que ponerse a mirar los defectos o los problemas del regalo. En fin, hay muchos refranes que se pueden usar a menudo y que son realmente positivos o que nos pueden servir para mandar un mensaje, para expresar una idea, una enseñanza. Estoy pensando en otro refrán que me gusta mucho: “Que los árboles no te impidan ver el bosque”, es decir, que los detalles de algo no te impidan ver el conjunto general. No sé si me explico. Me gusta mucho este refrán. A veces nos ponemos a discutir sobre algún problema pequeño, sobre algo que no tiene mucha importancia, y olvidamos el conjunto, olvidamos el contexto general. No sé, por ejemplo, alguien que estudia español se puede poner triste porque no recuerda una palabra o ha hecho algún error con el subjuntivo… y se preocupa tanto por este error, se obsesiona, se enfada consigo mismo por el error que ha cometido que se olvida de que en realidad su español es bastante bueno, en general, que se puede comunicar con otros, que puede viajar a España y entender a la gente, en general, en fin, se poner a ver los detalles y se olvida del cuadro general. Se pone a ver los árboles y se olvida del bosque.

Total, que muchos refranes están muy bien, pero, amigo, cuidado, hay refranes que, bueno, transmiten ideas que no son nada positivas. Por ejemplo, hay un refrán que a mí no me gusta nada. Es un refrán muy antiguo, que he escuchado muchas veces, pero que yo no soporto, me parece terrible. Dice: “Piensa mal y acertarás”. ¿Entendéis? Piensa mal y acertarás. Es decir, cuando no estás seguro de algo, por ejemplo, no estás seguro de si alguien ha hecho algo mal, si alguien ha hecho algo equivocado, si alguien es culpable de algo…  El refrán dice: piensa mal y acertarás. Es decir, el mensaje es: Tienes que pensar mal, tienes que pensar que la persona es culpable, siempre, la gente es culpable, por definición, sin duda. Si dudas de los motivos de alguien para hacer algo, te equivocas. Si crees que la intención de alguien es buena, te equivocas… piensa mal, tienes que pensar mal de esa persona, tienes que pensar que lo que ha hecho lo hecho a propósito, con la intención de hacerlo mal… No sé si me explico, pero es un refrán terrible porque dar por sentado que la gente se comporta siempre de forma negativa, que nadie tiene buenas intenciones, que todo el mundo es un ladrón, o un estafador o un mentiroso… Es un refrán terrible que no me gusta nada.

Otro refrán que tampoco me gusta es “en boca cerrada no entran moscas”. Quiere decir que si alguien abre la boca pueden entrar moscas, es decir. Si hablas, si dices algo, puedes tener problemas. Es mejor, por tanto, no decir nada, estar callado, para así no equivocarse…

Este refrán también me parece terrible, ¿no? No me parece muy positivo mandar este mensaje de estar callado, de estar atento a lo que se dice porque se pueden causar problemas. Suena a amenaza también. Se suele decir a la gente cuando quieres que se callen que no digan lo que piensan realmente. En fin, no me gusta. Ese refrán no me gusta nada.

Pero, bueno, como decía antes, hay refranes muy bonitos y muy interesantes que transmiten enseñanzas del pasado, solo que hay que saber usarlos, hay que saber usarlos en el momento adecuado, en el contexto adecuado, con la gente adecuada… es como el ketchup. No puedes poner ketchup con cualquier comida ni puedes tomar ketchup todos los días porque sería aburrido…

¿No estáis de acuerdo conmigo? No sé qué pensáis de lo que he dicho hoy en el podcast. Yo aquí os hablo no como profesor, sino como amigo, como alguien que os da su opinión, claro, nada más. No pretende ser un superprofesor que lo sabe todo, que lo explica todo, que tiene la verdad absoluta… yo no tengo la verdad absoluta de nada. Solo soy un modesto, un modestísimo profesor de español al que le gusta reflexionar en voz alta, dar su opinión, decir lo que piensa con sinceridad, pero sin más pretensiones.

En fin, lo dicho, aquí os dejo mi reflexión de esta semana sobre los refranes y los dichos en español. Como siempre, me gustaría saber qué pensáis, qué pensáis sobre el uso de los refranes, los usáis mucho cuando habláis en español, os gusta usarlos… en fin, espero vuestros comentarios.

Me gusta mucho leer vuestros comentarios en Facebook, en youtube… la verdad es que cada vez tengo menos tiempo de contestar, de responder a vuestros comentarios, pero los leo y me parecen muy interesantes. Esto de internet está muy bien. Me gusta trabajar en internet, pero a veces puede ser muy solitario. Hay que buscar el modo de estar en contacto unos con otros y por eso me gusta leer vuestros comentarios para saber qué pensáis.

En fin, nada más por hoy. Espero que os haya gustado el episodio de hoy de nuestro podcast y espero encontraros ahí la próxima semana.

Por hoy nada más. Un abrazo a todos y a todas y nos vemos, nos escuchamos, la próxima semana.

Adiós, hasta pronto.

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