¿Quién es el animal aquí?

Resumen:

 Se piensa que España es un país donde se trata mal a los animales. Hoy hablamos del maltrato a los animales, tanto en España como en otros países. Os comparto algunas de mis experiencias, mis sentimientos y reflexionamos sobre por qué algunas personas tratan mal a los animales.

TRANSCRIPCIÓN

¡Hola chicos! ¿Qué tal? Bienvenidos. Bienvenidos a un nuevo episodio de “Español con Juan.” ¿Qué tal? ¿Cómo estáis? Yo estoy, yo estoy no sé. ¿Sabéis dónde estoy, sabéis dónde estoy? A ver, escuchad ¿Eh? Escuchad. No sé… No sé, no sé si se oye bien, no sé si se oye bien ¿Sabéis dónde estoy? Sí ¿No? Yo creo que sí. Estoy al lado del mar, estoy en la orilla del mar, estoy en la playa. Estoy en la playa chicos y me lo estoy pasando, me lo estoy a ver no quiero, no quiero decir, no quiero decir una palabrota pero creo que ahora está, esta palabrota está muy bien ¿Eh? Me lo estoy pasando de puta madre, me lo estoy pasando bomba, me lo estoy pasando genial, estoy en la playa.

Son las seis y cuarto de la tarde más o menos y no hay casi nadie porque estamos en septiembre y no hay casi nadie en la playa, ya los turistas se han ido, bueno todos menos yo. Yo soy el único turista que queda y ahora la playa es mía, la playa es mía ¡La playa es mía! Es para mí, toda para mí. El agua está un poco fría ¿Eh? El agua está un poco fría, no me voy a bañar, no me voy a bañar pero oye, genial, genial. Me encanta, me encanta, me encanta estar aquí con el solecito, solecito ¿Eh? Esa es, me gusta esa palabra. Sol, sol ¿Vale? Hace sol, solecito. El solecito es un diminutivo ¿No? Bonito. Solecito.

Bueno pues hace un poco de solecito y quiero decir que no hace mucho calor ¿No? Está bien, porque cuando hace mucho calor tampoco me gusta demasiado ¿No? Así hace sol pero no hace frío, no hace frío ni hace un calor extremo. Hace un poco de solecito ¿Vale?

Bueno pues aquí estoy, dando paseos por la playa y estoy contento, estoy contento pero la verdad es que estaba pensando, estaba pensando en algo un poco triste, estaba pensando en algo un poco triste porque hace unos días he estado viajando, sí, he estado viajando, he estado yendo a otros pueblos, a otras playas con amigos ¿No? Y no sé cómo decirlo, he visto animales, he visto perros sobre todo, perros abandonados, perros sin dueños ¿Sabes? Perros perdidos, perros que los habían abandonado y me he puesto, me he puesto muy muy triste. Me he puesto muy triste porque eso es algo que nunca he podido soportar; ver, ver no sé, el sufrimiento de un animal sobre todo porque a mí siempre me han gustado mucho los perros ¿No?

Y recuerdo que desde niño este es un tema que a mí me ha hecho siempre mucho daño. Yo no puedo soportar ver el sufrimiento de un animal, de un perro, de un gato. Es algo que me duele, me duele mucho y he visto perros abandonados que tenían miedo, que se veía en los ojos que tenían miedo, que estaban tristes, he visto la tristeza en los ojos de los perros porque los ojos de los perros son muy expresivos. Si están tristes, si están alegres, si tienen miedo, si están contentos, si sufren ellos lo expresan todo con los ojos ¿No? Y tú lo ves y eso a mí es algo que me duele muchísimo, cuando veo un perro triste, un perro que sufre, que está sufriendo y sí, he visto varios perros así, viajando por pueblos ¿No? He visto perros encerrados en casas, sin poder salir, no sé, perros por la calle con hambre, sucios, abandonados, tristes.

En fin, es algo que no puedo soportar, es algo que no puedo soportar. Cuando era niño no lo podía soportar, yo vivía en un pueblo pequeño, cuando era niño. Cerca de Granada, de mi ciudad y la verdad es que no sé por qué pero en los pueblos, tradicionalmente, no sé ahora pero en los pueblos la gente era un poco cruel con los animales. Yo me imagino, me imagino por qué. Creo que digamos las condiciones de la gente son tan malas ¿No? La gente tenía muchos problemas para sobrevivir en España ¿No? La gente era pobre, tenían no sólo no tenían trabajo, tenían hambre, en muchos casos ¿No? Entonces el animal es el último en quien se piensa ¿No? El perro, el gato, qué importan cuando tú y tus hijos, tu familia, tus amigos lo están pasando mal. Entonces en esas condiciones lo animales son los últimos y los animales sufren, sufren todo esto, son los últimos, nadie los consideran ¿No?

Yo eso quizás históricamente lo puedo entender. Yo recuerdo, recuerdo que una vez cuando yo era niño vi a una tía mía, a una de mis tías en el pueblo que iba a matar a una gallina, iba a matar a una gallina para hacer comida, para arroz, para hacer arroz y yo tenía no sé, seis, siete años y entonces yo le pregunte a mi tía, le dije: “Tita pero ¿No te da pena, no te da pena matarla?” Y ella me dijo: “Sí, claro que me da pena pero tenemos que comer.” Y aquello yo todavía lo recuerdo porque para mí era una argumentación lógica, era algo lógico, era algo duro, era algo difícil que había que hacer, había que matar aquella gallina para que nosotros pudiéramos comer.

No sé, yo eso lo he entendido. Desde aquel día, desde aquel día yo he entendido el matar para comer, digamos. No me gusta pero, me da pena pero realmente entiendo, entiendo que es una necesidad aunque bueno se puede discutir sobre si es necesario comer carne o no, hay gente que es vegetariana, en fin.

Bueno, ese es otro tema, ese es otro tema que discutiremos otro día pero en fin, vamos a aceptar que es necesario matar a los animales para comer pero lo que no entiendo es el sufrimiento. Lo que pasa es que claro, en esas condiciones cuando los animales no importan porque claro, lo más importante son las personas, al final lo que pasa es que los animales no cuentan nada, no cuentan nada. Y me imagino, no lo sé pero me imagino que eso sucede más a menudo en las sociedades pobres, en las sociedades de los grupos de los países, en las ciudades, en los pueblos donde la gente tiene más necesidades y lo pasa peor porque esa gente no va a pensar mucho en el bienestar de los animales. En general ¿Vale? Hablo en general, no sé, claro habrá casos particulares ¿No? Pero me imagino que un poco la razón es esa ¿No?

Hace unos años estuve en Marruecos, en una ciudad del sur de Marruecos que se llama Marrakech y realmente me, algo que no me gustó nada fue el trato que daban a algunos animales, por ejemplo los gatos, a los perros. Había muchos gatos y muchos perros abandonados por las calles, muy delgados, famélicos, que se veían que lo estaban pasando mal. Yo vi niños que no sé, que golpeaban a gatos, que jugaban con los gatos de una forma cruel. Los hombres trabajaban con los animales, con burros por ejemplo, con caballos de una forma hasta que los caballos estaban cansadísimos, estaban tenían que tirar de carretas muy cargadas, hacía muchísimo calor, esos pobres animales, a mí me daba una tristeza enorme, se me encogía el corazón ¿Eh? Se dice, es una expresión que se dice cuando estás muy triste, cuando ves algo muy desagradable “Se te encoje el corazón.” Se te hace pequeñito, pequeñito y a mí, yo no eso de verdad yo no lo podía soportar.

Yo por un lado lo entiendo, Marruecos es un país pobre por lo menos en algunas partes, la gente lo pasa mal. Entonces la gente para sobrevivir, claro tienes que, tienes que adaptarte. Esos hombres que trataban así a los animales, que les ponían a tirar de esas carretas, claro tenían que hacerlos. Yo no sé, es la costumbre del país y ellos tenían que sobrevivir y tenían que hacer ese trabajo y quién lo va a hacer sino los animales, claro.

En fin, son las circunstancias ¿No? Yo no quiero decir que los hombres sean crueles por naturaleza ¿No? Pero digamos que las circunstancias hacen que traten a los animales mal y en fin, es una cosa que me ha afectado mucho siempre ¿No? Y ahora desde que vivo en Inglaterra es algo que bueno, en Inglaterra yo eso no lo veo. Inglaterra es un país que en general tiene mucho respeto por los animales y yo en Inglaterra, sí creo recordar que nunca he visto un animal abandonado, nunca he visto un perro abandonado, un gato abandonado. He visto gatos perdidos y la gente los busca desesperadamente para ¿Sabes? Para recuperarlos, pero abandonar un animal en la calle o matarlo, ese tipo de cosas o torturarlos que son cosas que a veces se oyen, realmente no, no lo escucho.

Aquí, ahora estoy en Italia y en Italia también he oído en las noticias casos de animales torturados, animales que han sido envenenados, animales que han muerto de hambre. En fin, situaciones que no sé, a mí quizás también por el hecho de vivir en Inglaterra me afectan más, soy una persona que siempre, siempre ha no sé, he tenido pena por los animales y ahora en Inglaterra, claro vivo en aquella cultura de respeto hacia los animales entonces, todavía más ¿No?

Y viajando ahora por otros países me choca ¿No? Es como un choque cultural un poco y veo que, veo que digamos que cuanto más pobre es el país o cuanto más dificultades tiene la gente                  para sobrevivir, los animales sufren más ¿No? Y me imagino, me imagino que será por eso ¿No? Porque la gente en situaciones difíciles no tienen tiempo para los animales ¿No?

En fin, quería compartir con vosotros este sentimiento, este… Esta… Esta experiencia y cómo me siento ahora ¿No? Hace ya algún tiempo que estoy pensando hacerme vegetariano. La verdad es que sí, sufro tanto con estas cosas. Recuerdo ahora también, por ejemplo, cuando hice El Camino de Santiago, hace algunos años hice El Camino de Santiago y en Galicia, Asturias, en Galicia hay muchas vacas, hay muchas vacas. Y era verano, era en agosto y yo caminaba por El Camino de Santiago, por esos caminos y veía muchas vacas que estaban al sol, yo no sé, estaban a las dos, tres de la tarde con 35-40 grados al sol o encerradas en corrales ¿Sabes? Allí simplemente comiendo, con unas temperaturas altísimas, todas apelotonadas unas con otras y realmente se me encogía el corazón, se me encogía el corazón cuando pasaba por allí.

No lo sé si es que no hay alternativa a esto, no hay alternativa. Las vacas tienen que estar en estas condiciones, no pueden estar en pastos al aire libre ¿No? Porque en Inglaterra, en Inglaterra yo, no sé, he ido de paseo muchas y en el campo de Inglaterra veo que las vacas están al aire libre. No lo sé, no lo sé. Las vacas, las ovejas, las cabras y no sé por qué hay que encerrarlas y por qué o por qué hay, o los pollos por ejemplo, las granjas estas granjas de pollos que hay ¡Ah, terrible!

Una vez fui a una granja en España, a una granja de ese tipo, de pollos y realmente es una cosa terrible, terrible, terrible que, sí estoy pensando realmente, a vece pienso que debería ser vegetariano, debería hacerme vegetariano porque… Porque sí, no entiendo muy bien este, la necesidad de ser cruel con otros animales. Y bueno la verdad es que no como mucha carne, no como mucha carne prácticamente. Prácticamente soy vegetariano ¿Vale? Prácticamente soy vegetariano, como muy poca carne, sólo de muy de vez en cuando, muy de vez en cuando pero sí, realmente es algo que me voy a plantear. Por lo menos quizás no vegetariano muy estricto ¿No? Pero realmente sí, comer cada vez menos carne, menos productos animales por motivos éticos ¿No? Por motivos éticos.

Si yo pudiera, si yo tuviera dinero, si yo tuviera dinero haría un hospital o algún refugio para animales, para los animales abandonados. Es algo que, no sé, no puedo soportar, no puedo soportar, sobre todo los perros ¿No? Es algo que me afecta mucho.

Bueno chicos, voy a seguir caminando aquí por la playa. Espero que se haya oído bien este podcast porque hay un poco de viento, está el sonido de las olas del mar como habéis escuchado antes ¿No? Las olas del mar que me encantan, me encanta ese sonido, es muy relajante ¿No? Me gusta y, pero hay un poco de viento entonces no sé si se ha oído bien ¿Vale? Espero que sí, espero que sí.

Chicos, nada un saludo y nos vemos en el próximo, no nos vemos como digo siempre, no nos vemos. Es una forma de hablar, no nos vemos. Nos escuchamos ¿Vale? En el próximo podcast, aquí en “Español con Juan.” Venga, que tengáis una buena semana. Hasta luego.

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