De compras en español

Resumen:

Se puede sobrevivir a una sociedad consumista que nos empuja a comprar cada vez más cosas que no necesitamos. En el episodio de hoy te explico cómo.

TRANSCRIPCIÓN

¡Hola chicos! ¿Qué tal? ¿Cómo va todo? Bienvenidos, bienvenidos a un nuevo episodio de “Español con Juan”, español conmigo. ¿Qué es esto? Ya lo sabéis, no lo voy a decir otra vez. No, no, no, no. No lo voy a repetir. Lo digo siempre ¿No? Sí, sí. Me han dicho que soy muy pesado, que siempre digo lo mismo. No, no lo voy a decir, no lo voy a decir porque todos sabéis, todos ya sabéis que esto es un podcast en español para aprender español.

Sí señor, si tenéis… No puedo hablar oye, no puedo hablar. Si tenéis, si tenéis un nivel intermedio de español este podcast os puede ayudar para poco a poco ir adquiriendo un nivel más avanzado ¿Vale? Llegar a tener un nivel avanzado ¿Cómo? Pues escuchando regularmente, cada día o de vez en cuando pero regularmente ¿Vale? Escuchando podcast y es algo que yo os aconsejo siempre, escuchar, escuchar podcast.

¿Cuál os aconsejo? Hombre, os aconsejo siempre escuchar el mejor, el mejor podcast español para aprender español. ¿Cuál es? Este, este. El que estás escuchando, claro que sí, “Español con Juan”.

Bueno basta, basta de introducción. ¿Qué tal? ¿Cómo va la semana? Estamos en febrero chicos ¡En febrero! Febrerillo el loco. En español se dice: “Febrerillo el loco.” Febrerillo, febrero, febrerillo. “Febrerillo” es un diminutivo. Se puede decir: “Febrerito, febrerico.” ¿Vale? Hay diversas formas de hacer los diminutivos.

“Febrerillo” es bueno, es una ¿No? Que los estudiantes no conocen mucho quizás, se usan mucho en algunas partes de España ¿No? El “illo” o “illa”, se puede decir “illo” o “illa.” Los estudiantes de español conocen sobre todo “ito” ¿No? Por ejemplo: “Un librito, una casita, un vasito de vino, una cervecita, un cafelito.” ¿Vale? El “ito” o el “ita” digamos que es el más frecuente ¿No?

Pero en algunas ciudades, en algunas regiones, pues en algunos países hay otras alternativas ¿Vale? Hay otras alternativas, por ejemplo: “ico.” Ico. En Granada, en Granada concretamente decimos: “ico.” Yo soy de Granada, en una ciudad en el sur de España y allí decimos: “ico.” Bueno, no sólo en Granada. En el sureste de España ¿No? Decimos: “ico”.

“Voy a tomar una cervecica, voy a tomar una cervecita o voy a tomar un cafelico.” ¿Sí? Y en otras partes de España dicen también: “illo”, “illo” o “illa.” En Andalucía también decimos: “illo” o “illa” ¿Vale? Bueno total, me estoy enrollando ¿Qué estaba diciendo?

Sí, febrerillo. Febrerillo, lo que quería decir es que febrerillo al mes de febrero se le llama: “Febrerillo” porque es más pequeño ¿No? Tiene sólo 28 días o a veces 29 pero bueno, es el mes más corto del año y entonces es el más pequeñito, y entonces se le llama así, un poco cariñosamente febrerillo ¿No? Pero, pero se dice: “Febrerillo el loco, un día peor que el otro.” En el sentido de que el tiempo, el tiempo en febrero es un poco extraño ¿No? Porque a veces, a veces la temperatura sube, a veces baja, a veces hace sol, a veces llueve, a veces hace mucho frío y nieva, a veces hace calor y a veces parece primavera en febrero ¿No? No sé si os habéis dado cuenta, una semana quizás una semana parece primavera y la semana siguiente vuelve el invierno, en fin.

Eso es, eso es febrerillo el loco. “Febrerillo el loco” ¿Vale? Eso, ese dicho es muy, es un poco antiguo. Yo recuerdo que mi familia, la gente antigua, la gente vieja de mi familia solía decir mucho este dicho ¿No? “Febrerillo el loco”.

Y ya estamos en febrerillo, ya estamos en febrero. El tiempo vuela, el tiempo vuela. Pero si hace nada, chicos, hace nada era navidad. Hace nada estábamos comiendo turrones, estábamos comiendo mantecados, estábamos celebrando el año nuevo, estábamos haciéndonos propósitos, buenos propósitos para el año nuevo. En fin, queríamos adelgazar, ir al gimnasio, dejar de fumar, todo eso, todo eso. Todo eso ya ha pasado un mes, ya ha pasado un mes.

Y bueno, ahora, ahora lo que va a llegar, lo que va a llegar es el 14 de febrero; el “Día de los enamorados.” “El día de los enamorados”. Ya la Navidad está muy lejos pero otra vez, otra vez hay que gastar dinero.

Yo creo, yo creo que cada mes, cada mes inventan no sé quién, no sé quién. Las tiendas, los negocios, los bancos, los gobiernos, no sé quién pero cada mes inventan una excusa para comprar, una excusa para gastar dinero, para que tengamos, ellos inventan excusas para que la gente tenga que comprar regalos y gastar dinero ¿No?

Y bueno, en enero claro, en enero tenemos las rebajas de enero por supuesto. En España tenemos también Los Reyes, Los Reyes Magos, los regalos de reyes, las rebajas de enero y ahora en febrero, ahora en febrero el “Día de los enamorados.” Otra excusa para gastar dinero, tienes que llevar a tu pareja la tienes que llevar a cenar, le tienes que comprar flores, tienes que comprarle un libro, un regalo bonito, al romántico.

En fin, excusas, excusas para gastar dinero. Luego en marzo ¿Qué pasa en marzo? En marzo no sé, cada mes, cada mes hay algo. En marzo, en marzo es el día del padre. En marzo es el día del padre, por lo menos en España es el día del padre y luego abril llega Semana Santa, en abril llega Semana Santa y hay otros motivos para gastar dinero. Hay que viajar, tienes vacaciones hay que viajar, hay que reservar hoteles, en fin.

Y luego llega mayo, en fin, el día de la madre, los cumpleaños. En España tenemos los santos también, bueno todo. Cada mes, cada mes hay una excusa para gastar dinero. En fin, pero claro es que así funciona, así funciona nuestra sociedad ¿No?

Si nadie (Imperfecto del subjuntivo) Si nadie comprara nada, si nadie comprara nada pues entonces la sociedad no funcionaría, por lo menos la sociedad tal y como la conocemos ¿No? Ya me dirás, ya me dirás, esta es una expresión muy bonita ¿Eh? Ya me dirás, ya me dirás. Ya me dirás, ya me dirás. Si nadie, si nadie compra nada, si nadie compra nada ya me dirás, ya me dirás cómo podríamos vivir ¿No?

Vivimos, todos vivimos gracias a este sistema de compro y vendo, compro y vendo. Yo compro y al mismo tiempo vendo. Tú me compras a mí y yo vendo a otro ¿No? Ese es el sistema ¿No? Comprar y vender, comprar y vender. Si nadie compra, si nadie compra ya me dirás, ya me dirás cómo podría funcionar la sociedad ¿No?

Y yo, bueno yo no quería hablar de esto, yo no quería hablar de esto, de la sociedad de consumo. A mí no me gusta mucho la sociedad de consumo realmente. Si hubiera, si hubiera (Imperfecto del subjuntivo) Si hubiera una alternativa mejor, yo preferiría no tener que vivir en una sociedad consumista. A mí no me gusta para nada consumir, no me gusta nada.

A mí por ejemplo ir de tiendas, ir de tiendas me aburre, me aburre mogollón. Me aburre mogollón, me aburre muchísimo ir de tiendas. No, bueno es que no voy nunca de tiendas. No, cuando voy de tiendas es porque realmente, realmente no tengo nada, no tengo nada que ponerme ¿No?

Por ejemplo hace cinco años que no me compro una camisa, hace cinco años que no me compro una camisa. Es verdad ¿Eh? Es verdad. No estoy de coña ¿Eh? Para nada ¿Eh? No estoy de coña. Yo hace mucho tiempo que no me compro ropa ¿Por qué? Pues porque, porque primero porque tengo camisas, tengo de todo ¿No?

Es viejo claro, no es algo moderno, no es algo a la moda, es algo las camisas que tengo me las compré, me las compré hace mucho tiempo no sé, yo creo que hace como cuatro o cinco años y no voy, no voy a comprarme más ropa porque me aburre mucho, me aburre mucho comprar ropa en las tiendas.

Tienes que ir, buscar una camisa que te guste, buscar la talla que te vaya bien, tienes que ir al probador a hacer cola, entrar, buscar si esa talla te está bien o te está mal, si los pantalones están cortos o están largos, si están estrechos o están anchos. Cambiar, volver a cambiar porque no están bien, comparar precios. Eso es aburridísimo, aburridísimo ¿No? Lo hago, lo hago sólo cuando no tengo más remedio, cuando no tengo más remedio.

Cuando me levanto por la mañana para ir a trabajar, abro el armario y me quiero poner una camisa y no encuentro una camisa que ponerme, entonces ya desesperadamente voy de compras ¿No? Pero voy de compras no, voy a comprar esa camisa y ya está, y me vuelvo corriendo a mi casa. Porque no me gusta nada, no me gusta nada ver escaparates, no me gusta nada, no me gusta nada entrar en las tiendas de ropa.

Ahora, ahora lo que voy a hacer, lo que he pensado es comprar la ropa en Internet. Eso ya me parece un poco mejor, eso ya me parece un poco mejor. Mis estudiantes que son chicos jóvenes me han dicho que ellos lo compran todo en Internet.

Mis estudiantes en la universidad tienen 18-19-20 años y me han dicho: “Juan, Juan tienes que comprar la ropa en las páginas de Internet” ¿No? En Internet. “Es mucho más fácil, es más eficaz, es mejor.” Y yo, bueno yo les he preguntado: “Pero oye, vamos a ver, vamos a ver. Comprar, comprar en Internet un libro o no sé, un disco algo así vale, yo lo entiendo pero comprar, comprar ropa ¿Cómo sabes si te está bien, no? ¿Cómo sabes si es tu talla? ¿Cómo sabes que te queda bien? ¿Cómo sabes que estás a gusto con los pantalones o con una camisa?”

Pero yo muchas veces voy a una tienda, veo una camiseta, veo una camisa, veo unos pantalones que me gustan mucho, me los pruebo, voy al probador y me los pruebo, oye me están fatal. Me están fatal, me están como a un santo, como a un santo dos pistolas. No sé si habéis escuchado esta, este dicho.

Cuando algo está muy mal, cuando algo te queda muy mal ¿No? Cuando algo te está muy mal, algo de vestir, una prenda de vestir, una prenda de ropa te está muy mal, no te pega nada, no te pega se dice: “Te está, te está como a un santo” ¿No? “Como a un santo, como San Antonio, San Jorge, San Juan” ¿No? “Te está como a un santo dos pistolas.” Pistolas ¿No? ¡Pum-pum! Dos pistolas. ¿Entendéis la metáfora? ¿Entendéis, no?

Imaginad, imaginad un santo, San Antonio, San Juan, San Pedro con dos pistolas, con dos armas de fuego. No, no le pegan, no le pegan. No, no está bien las pistolas a los santos ¿No? Entonces, este dicho se usa cuando algo, cuando algo te está muy mal ¿No? Cuando algo de ropa te queda muy mal ¿No?

Pues lo que decía, que muchas veces voy a una tienda, me pruebo unos pantalones que me gustan mucho, los veo cuando están colgados en la percha digo: “¡Guao! Qué pantalones tan bonitos, qué son súper guay, me encantan, son muy chulos.” Los cojo, voy al probador, me los pruebo y me están, me están como a un santo dos pistolas. Como a un santo dos pistolas. Me están muy mal.

Entonces tengo que salir, probarme otros pantalones, cambiar la talla. Un rollo, un rollo. Entonces bueno, voy lo que quería decir es que en Internet ¿Cómo sabes, cómo sabes que los pantalones que te gustan, los que ves en la página, los que ves en una foto que a lo mejor son muy bonitos o la camisa, o el jersey o la chaqueta, el abrigo, el gorro, los zapatos? Uy los zapatos. ¿Cómo puedes comprar zapatos en Internet? Pero si eso es imposible ¿No? Aunque sepas el número que calzas, aunque sepas el número que llevas normalmente pero hay que probárselos ¿No? Yo esto no lo entiendo.

Oye, mis estudiantes que son chicos jóvenes dicen: “Sí, sí, sí, sí. Tú sabes tú número, tú sabes tú talla y los compras en la tienda en Internet y ya está, no hay ningún problema.” Bueno, yo soy un poco escéptico ¿Eh? Soy un poco escéptico.

Por un lado me gusta la idea porque a mí no me gusta para nada meterme en las tiendas y probarme ropa y todo eso. Entonces la idea de comprar ropa en la Internet, oye me gusta. Sí, estaría muy bien, estaría muy bien. Podría ahorrar mucho dinero y además claro, en Internet, en las páginas de Internet de las tiendas hay mucha más variedad ¿No?

Si vas a una tienda puedes comprar los pantalones que tienen en la tienda pero en Internet hay mucha más variedad, hay muchas. Si te gusta una camisa pues la puedes comprar de muchos colores diferentes. Con las mangas largas, con las mangas cortas, en fin.

Me gusta la idea, me gusta la idea pero por otro lado soy muy escéptico oye ¿Cómo te puedes comprar ropa en Internet sin probártela, sin saber cómo queda? ¿No? Mis estudiantes dicen: “Bueno no pasa nada, si te mandan una camisa que no te gusta o que no te queda bien que está como a un santo dos pistolas, pues la devuelves. La devuelves, la descambias.” También se puede decir eso, la devuelves, la descambias.

Qué rollo, eso me parece un rollo. Peor, eso me parece peor, o sea me mandan una camisa que no me está bien, que no me gusta y tengo que volver a mandarla a la tienda. Ay qué rollo. Entonces, eso es un rollo, eso para mí es un rollo. Casi, casi, casi, casi prefiero ir a la tienda oye, prefiero ir a la tienda y directamente probarme los pantalones, si me están bien, si no me están bien e irme ¿Vale?

En fin, no sé. Eso es algo que no he decidido, algo que no he decidido. Si vosotros o vosotras habéis comprado ropa en Internet, seguramente, seguramente muchos de vosotros ya habéis comprado ropa en Internet.

Tengo un amigo, tengo un amigo que ha comprado, que ha comprado zapatos. Se compra los zapatos, se compra los zapatos en Internet. Yo eso no lo haría nunca. Hombre, unos pantalones, una camisa quizás, quizás una chaqueta, un gorro, quizás, quizás ¿Pero unos zapatos, unos zapatos? ¿Cómo te puedes comprar los zapatos en Internet? Te tienes que probar, te tienes que probar que te están bien ¿No? Aunque sean de tu número.

Bueno, yo muchas veces he ido a una zapatería y he dicho: “Por favor necesito estos zapatos que hay aquí me gustan mucho pero necesito este número. El número tal, el número ocho, el número nueve.” Bueno en Inglaterra es así, el número ocho, el número nueve. En España es el 38, el 39. Lo que sea, es igual.

Entonces yo llego allí y le digo al dependiente: “Por favor, quiero estos zapatos en el número 38, en el 39.” El señor o el chico me los trae, y me los pruebo y me están muy mal. A lo mejor el pie derecho me está bien pero el pie izquierdo no está bien. A lo mejor me hace daño en los dedos. A lo mejor me hace daño la parte de atrás. A lo mejor al principio, al principio no me hacen daño pero después de cinco minutos ya me están empezando a doler.

Ya me dirás tú, ya me dirás tú. Ya me dirás tú así cómo se puede comprar uno unos zapatos en Internet ¿Eh? ¿Cómo? ¿Cómo te arriesgas? Yo no me arriesgaría a comprar unos zapatos por yo qué sé, por 100 libras o por 90 libras o por, yo qué sé, hace mucho que no compro zapatos ¿Eh? No sé cuánto cuestan los zapatos ahora pero si te compras un par de zapato y luego t hacen daño en el dedo gordo del pie, por ejemplo, porque a mí los zapatos me suelen hacer daño en el dedo gordo del pie, del pie derecho concretamente.

No sé por qué, no sé por qué durante los primeros 10 minutos, todo va muy bien, no me duele para nada, son muy cómodos, puedo caminar muy bien y cuando pago, salgo de la tienda, me empiezan a doler, ya me empiezan a doler los zapatos. Ya me empiezan a doler los zapatos. En el dedo siempre, el dedo gordo del pie, el dedo gordo del pie derecho.

Entonces ya me dirás tú, ya me dirás tú ¿Cómo puedes comprar zapatos en Internet sin probártelos? Bueno yo qué sé, yo qué sé. Estas son cosas del mundo moderno. Yo estas cosas no las entiendo. A mí no me gusta ir de tiendas pero la verdad es que la alternativa de comprar en Internet me parece muy extraño ¿No? No sé.

Si tenéis algún consejo, si tenéis algún consejo para mí seguramente, seguramente, probablemente muchos de vosotros ya habéis comprado ropa en Internet e incluso zapatos. Oye decidme qué tal, qué tal la experiencia. ¿Os encontráis bien? ¿Os parece bien? ¿Me lo aconsejáis?

Bueno chicos, pues yo creo que ya lo vamos a dejar por hoy porque es, me enrollo como una persiana. Yo hoy chicos, yo hoy quería hablar, quería hablar de los libros, quería hablar de libros. Quería hablar de, quería hablar de problemas que yo tengo para leer libros pero ya ha pasado mucho tiempo. Me he puesto a hablar de zapatos, me he puesto a hablar de zapatos y he perdido el hilo completamente, qué horror, qué horror, qué horror.

Bueno chicos, despertad porque yo sé que muchos estáis durmiendo con mis podcast, me habéis dicho que muchos os dormís con mis podcast cuando no podéis dormir. ¡Hey, despertad! Despertad chicos, despertad. Esto no es para dormir, esto no es para dormir. Esto es para aprender español, hombre por dios.

Me han dicho, me han dicho en Facebook que se duermen con mi podcast, que los usan cuando tienen insomnio. ¡Hey! ¡Oye! Que aquí hay que estar muy atento, muy atento a lo que yo digo porque lo que yo digo es importante. Yo digo muchísimas cosas, un montón de expresiones fantásticas para aprender español y ¿Os vais a dormir, hombre? ¡No! No, está prohibido, está prohibido. Mientras Juan hable, mientras Juan hable aquí no duerme nadie, aquí no duerme nadie mientras Juan esté hablando ¿De acuerdo?

Bueno chicos, lo voy a dejar. He perdido el hilo completamente. Yo quería hablar de otro tema pero como siempre me enrollo y empiezo a hablar de un tema y termino hablando de otro. En fin, yo qué sé, yo creo que esto es la vejez, esto es la vejez. Que sí, que el tiempo vuela.

La semana que viene vamos a hablar de libros ¿Vale? Voy a hablar de libros, sí, sí. Voy a hablar, es que es un tema interesante ¿Eh? Voy a hablar de libros, de por qué, por qué no puedo leer. Es que es eso, no tengo tiempo para leer, no tengo tiempo para leer y me gusta mucho leer pero bueno.

La semana próxima, la semana próxima vamos a hablar de libros, de lectura ¿De acuerdo? Y os quiero despiertos. Antes de empezar el podcast de Juan, de “Español con Juan” tenéis que tomaros un café, un café y estar, prestar, prestar mucha atención, prestar mucha atención a lo que digo porque yo todo lo que digo, todo lo que digo es importante y tenéis que, tenéis que aprenderlo muy, muy bien. ¿De acuerdo? Os quiero muy despiertos, muy despiertas, con una taza de café, de café solo, sin leche ¿Vale? Preparados y preparadas para escucharme ¿De acuerdo?

Bueno, no me enrollo más. Chicos, que tengáis una fantástica semana y nos escuchamos la próxima semana aquí en “Español con Juan.” ¡Adiós! Hasta luego.

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