Mi mala racha continúa

Este es el tercer episodio (y espero que sea el último) en el que hablo de mi mala suerte. Me han pasado tantas cosas malas este verano, que estoy empezando a sospechar que soy un gafe.

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TRANSCRIPCIÓN INTERACTIVA

Soy un gafe: Audio automatically transcribed by Sonix

Soy un gafe: this mp3 audio file was automatically transcribed by Sonix with the best speech-to-text algorithms. This transcript may contain errors.

Español con Juan es un podcast en español para aprender español. Si tienes un nivel intermedio o intermedio alto de español, nuestro podcast te puede ayudar a mejorar tu nivel de comprensión y a aprender gramática y vocabulario en contexto, de una forma natural, escuchando los comentarios y las divertidas historias de Juan. Puedes leer la transcripción de cada episodio en nuestra página web 1001 Reasons To Learn Spanish.

Hola, chicos. ¿Qué tal? ¿Qué tal? ¿Cómo estáis? ¿Cómo estáis? Bienvenidos. Bienvenidos y bienvenidas a un nuevo episodio de nuestro podcast Español con Juan. Ya sabéis, ya sabéis... Y si no lo sabéis, y si no lo sabéis os lo digo yo ahora mismo, que este es un podcast en español, sólo en español, para aprender español.

Claro, claro, algunas personas se estarán preguntando, me imagino, se estarán preguntando: "¿Pero esto qué es? ¿Por qué este tío habla en español? ¿Por qué habla solo en español?" Pues yo te lo explico, yo te lo explico. Hablo en español porque soy un profesor de español y creo que para aprender un idioma hay que hablar en ese idioma.

Claro, claro... Por ejemplo, si yo fuera (imperfecto de subjuntivo), si yo fuera un profesor de francés, pues hablaría en francés.

(Juan habla en francés)

¿Sí? Pero como soy, como soy, como soy español, como soy español y enseño español, pues hablo en español.

Si fuera (imperfecto de subjuntivo) profesor de italiano, hablaría en italiano.

(Juan habla en italiano)

Pero no, no, no, no, no yo soy un profesor de español y enseño español. Y claro, algunos se estarán preguntando "pero por qué este tío habla raro, habla raro... Hay mucho ruido, ¿no? Hay un ruido de fondo. ¿Qué pasa? ¿Dónde está este tío?"

Estoy en mi casa, pero hay mucho ruido aquí porque tengo todas las ventanas abiertas. Voy a cerrarlas, chicos. Voy a cerrar las ventanas porque hay mucho ruido. Llega mucho ruido de la calle.

A ver. Cierro esta ventana.

Cierro la puerta de la habitación. Así. ¿Vale? Cierro esta puerta también...

Tengo... esto es... ¡Qué follón! A ver, estoy cerrando puertas. Estoy cerrando puertas y ventanas. Voy a cerrar la ventana más grande. Tengo una ventana muy grande aquí, que es por donde llegan todos los ruidos de la calle. Claro, porque a ver, había un coche o algo... una alarma, ¿no? Que sonaba muy fuerte.

Voy a cerrar.

Voy a cerrar la ventana que no... A ver, que no se escuche nada. A ver. Así. Vale. Ahora creo que es mejor, ¿no? Ahora ya no... Es que tengo todas las ventanas abiertas porque hace mucho calor, tío, hace mucho calor aquí en Tenerife.

Estoy en Tenerife. Es que claro, es que no nos hemos... No nos escuchado, no nos hemos oído desde hace, desde hace un montón de tiempo. Y claro, la última vez, la última vez que hice un episodio para para nuestro podcast, yo estaba en Italia. ¿Os acordáis, ¿no? Os acordáis. Yo estaba en Italia.

Estaba pasando una racha de mala suerte. Una mala racha. ¿Vale? Esa palabra es muy bonita. Se usa mucho, ¿eh? Tener una mala racha significa que estás pasando un periodo, un tiempo, en el que todo, todo te sale mal, ¿no? Tienes muy mala suerte, ¿no? Y yo llevaba... Llevaba una mala racha. ¿Vale?

Había tenido un montón de problemas y me quejaba, me quejaba. En los últimos dos episodios me he quejado mucho, me he quejado de mi mala suerte y no os lo vais a creer, pero sigo sigo con mi racha de mala suerte.

Han pasado dos o tres semanas desde el último episodio en el que os hablaba de mi mala suerte... Ahora recuerdo, ahora recuerdo...

¡Ahora caigo, ahora caigo! Ahora caigo. ¿Conocéis esta expresión? Ahora caigo, ahora caigo significa que... No que me caigo al suelo ¡Pom, pom, pom, pom! ¡No, no, no, no! Ahora caigo significa que ahora recuerdo, ahora recuerdo.

Ahora recuerdo el último episodio. Sí, lo que quería decir es que yo había ido en bicicleta al mar, al puerto, a tomarme un café, creo recordar, ¿vale? porque ya hace mucho tiempo y no recuerdo bien, tengo muy mala memoria, pero sí, yo creo que había ido al puerto a tomarme un café y cuando quería volver a casa, la bicicleta, la rueda de la bicicleta, se pinchó.

¿Entendéis? ¿No?

Tuve que volver a casa a pie, empujando la bicicleta con un calor espantoso porque por aquellas semanas hacía mucho calor. Yo estaba en Italia, ya lo he dicho, ¿no? Estaba en Italia, hacía mucho calor, no podía dormir por las noches, estaba muy, muy cansado y encima, encima tuve que volver a... No sé, eran las once de la mañana o algo así. Bajo el sol. Allí. Pum, pum, pum, pum.

Tardé, tardé un montón de tiempo en volver a mi casa. Estaba hecho polvo. En fin, me han pasado muchas cosas muy malas, muy negativas. He tenido muy mala suerte, chicos, las últimas semanas. Y lo que os quería decir es que sigo... Sigo con mi racha de mala suerte. Sigo con mi racha de mala suerte porque...

Ahora estoy en Tenerife, claro, ahora estoy en Tenerife. Si habéis visto los últimos vídeos que he publicado en YouTube, pues ya habéis visto que yo he estado viajando por algunas ciudades durante los últimos meses, ¿no? Fui a Salamanca, Ávila, en fin...

Y ahora he venido a Tenerife.

Claro, algunos, algunos, algunos estarán pensando "Jo, qué vida, qué vida tan fantástica, este tío".

Bueno, bueno, vamos a ver, vamos a ver, es que tengo suerte... Tengo un poquito de suerte, tengo un poquito de suerte porque tengo una amiga, tengo una amiga que es profesora, es profesora aquí en Tenerife. Ella no es de Tenerife, ella es de Valladolid. Una ciudad también muy bonita...

Tengo que ir, tengo que ir a Valladolid porque... Nunca he estado, ¿eh? Nunca he estado, pero me han hablado muy bien de Valladolid y tengo que ir. Yo quiero ir allí, quiero hacer algún vídeo allí en Valladolid.

Bueno, ese es otro tema, ese es otro tema. El caso es que mi amiga, mi amiga, que es de Valladolid, lleva un par de años, lleva un par de años viviendo en Tenerife. Ella es profesora y de vez en cuando, de vez en cuando la mandan... El gobierno español la manda a ciudades diferentes.

A ella le encanta, le encanta porque... Ella quiere, ¿vale? No es que la obligan, no la obligan, ella lo pide. Ella lo pide. Ella... Ella dice "sí, sí, sí, sí, yo quiero ir a otro, a otra ciudad, yo quiero ir incluso a otro país".

La tía, la tía ha estado, ha estado en Londres. Yo la conocí en Londres. Vamos, yo la conocí en Londres. La tía ha estado en Londres. Ha estado en Alemania, ha estado, no sé, en Marruecos, creo, también. En fin, la tía ha recorrido el mundo dando clase, ¿no?

Ella es profesora, pero profesora con niños, con niños pequeños. Le encanta, le encanta su trabajo.

Y ahora la tía está aquí en Tenerife, ¿no? Lleva dos años aquí en Tenerife. Y ahora en el mes de agosto me dijo "Juan, Bueno, yo, mira, yo no voy a estar en Tenerife este mes, voy a ir a..." No sé, creo que está en Barcelona, en Alicante...

A la tía le encanta, le encanta viajar, ¿no? Es un culo inquieto, ella misma lo dice: "Yo soy un culo inquieto". No le gusta estar en el mismo sitio, ¿vale? No le gusta estar mucho tiempo en el mismo sitio, no le gusta quedarse siempre en el mismo lugar. Le gusta viajar mucho, ¿no? Entonces, la tía, no sé, ahora creo que está en Barcelona o en Alicante. He perdido la pista.

El caso es que me dijo "Juan, bueno, mira, si tú quieres venir a Tenerife, yo te dejo mi casa, puedes venir aquí a Tenerife. Estar aquí. Y no me tienes que pagar nada". Yo le dije "tía, pero te tengo que pagar por lo menos, no sé, la luz..."

"No, no, no, no, no te preocupes, no te preocupes. No te preocupes, nada, nada. Tú quédate allí tranquilo que... Y haz lo que quieras y tal".

Y fantástico, ¿no? Entonces yo le dije, "Bueno, tía, me voy, me voy a ir a Tenerife este verano. Mientras tú estás por ahí recorriendo el mundo, pues yo voy a estar en Tenerife, recorriendo Tenerife, viendo la isla, que yo no, no la conozco, ¿no?"

Total, que me vine, me vine para acá muy ilusionado, de verdad, muy ilusionado, pero, como os decía, mi mala suerte, mi mala suerte me persigue, mi mala suerte me persigue, chicos porque, de verdad...

En primer lugar, yo tenía muchas ganas de venir a Tenerife, no sólo porque no había estado nunca aquí, sino además porque en Italia hacía mucho, mucho calor. Había, había una ola de calor en toda Europa, ¿no? También en España... En fin, en muchos países. En Londres también hacía mucho calor. Ha hecho un calor inaudito este año. Se han alcanzado unas temperaturas muy altas, ¿no? Y a mí me afecta mucho el calor.

Entonces yo no podía dormir por las noches. Yo, las últimas dos semanas en Italia estaban muy mal, estaba hecho polvo. No podía dormir por las noches. Dormía solo dos o tres horas. A veces no dormía nada. Me quedaba dormido cinco minutos y me despertaba sudando.

Una noche... Una noche estuve durmiendo en el jardín, en el jardín de la casa. Me acosté, me tumbé en la hierba. ¿Vale? Había un montón de mosquitos... En fin, un desastre.

Pero no podía... Estaba desesperado. De verdad. Estaba desesperado. Y entonces no podía trabajar. No podía hacer nada. No podía pensar. Yo recuerdo la sensación de no poder pensar porque estaba tan agobiado, tenía tanto calor que no me podía concentrar, ¿no? Total, que estaba desesperado y tenía muchísimas ganas de venir a Tenerife, ¿no?

Voy a ir a Tenerife, yo me decía, voy a ir a Tenerife, voy a ir a Tenerife y allí en Tenerife pues voy a estar mejor, porque claro, está lejos de Europa, ¿no? Está lejos de Europa y allí seguramente las temperaturas serán mejores, ¿no? Porque me habían dicho, me habían dicho que en Tenerife la temperatura es más o menos todo el año la misma. No hace demasiado calor y no hace demasiado frío. ¿Vale?

Entonces yo tenía muchísimas ganas de venir a Tenerife. Vine a Tenerife corriendo, corriendo porque... A ver si aquí puedo dormir.

Chicos, ¿sabéis lo que pasó? ¿Sabéis lo que pasó? En primer lugar, cuando llegué, bajé del avión y hacía un calor espantoso, espantoso... Es como si me dieran una bofetada. ¡Paf! Un puñetazo en la cara, ¿no? ¡pum! Un calor horrible porque resulta que aquí en Tenerife hay... ¿Cómo, cómo explicarlo?

Yo esto no lo sabía. Hasta que. Hasta que. Hasta que. Hasta que no vine. Hay microclimas. Hay microclimas. Es decir que depende de la zona, depende de la zona donde estás en Tenerife puede hacer más calor o más fresco o más frío. Depende de la altura, depende de si estás cerca o lejos del mar. En fin, en diez o quince minutos puede cambiar la temperatura muchísimo. Estás en un sitio que no puedes respirar del calor y te mueves un poquito y tienes frío.

Entonces resulta que la casa de mi amiga está en Santa Cruz de Tenerife, la capital, la capital de Tenerife. Y Santa Cruz de Tenerife es un lugar donde hace mucho calor, mucho calor, chicos, mucho calor.

Y esos días, esos días también había una ola de calor aquí. Yo pensaba que eso era todo en Europa, que eso estaba pasando solo en Europa, pero no, aquí también había una ola de calor y yo no podía respirar, chicos, no podía respirar.

Vine aquí.Tuve que abrir las ventanas, todas las ventanas porque... Para que entrara aire de la calle, ¿no? porque no podía dormir las primeras noches. El problema, el problema es que debajo de la casa de mi amiga han puesto un bar, un bar. Un restaurante, un restaurante de tapas, un bar de tapas, vamos, un bar de tapas.

Mi amiga me dijo que antes, antes de que abrieran, antes de que abrieran este bar de tapas, pues la calle era muy silenciosa. No, no había ningún ruido. Por aquí no pasaba casi nadie. Pero desde que abrieron este bar de tapas, justo, justo debajo de su casa, justo debajo del piso donde ella vive, hay muchísimo ruido, chicos.

Además es que es un bar de tapas muy popular. Yo no sé, yo no he estado nunca, no he estado nunca. Quiero ir. La verdad es que quiero ir porque parece muy bueno. Está siempre lleno de gente. Desde por la mañana, a las siete de la mañana, hasta por la noche... Cierran a las doce de la noche. Todo el santo día hay gente. Os lo juro. No, no hay... No hacen pausa. Están todo el día, desde las siete que empiezan a poner desayunos hasta las doce de la noche. Y es un ruido constante de gente, ¿no?

He visto las críticas en internet y parece que es un bar muy bueno. Toda la gente está muy contenta. Cocinan muy bien, se come muy bien, se bebe muy bien, los precios son muy buenos, es barato, pero tíos, yo no puedo dormir porque además cuando cierran la gente del bar se queda dentro y empiezan a limpiar. Ponen la música muy alta, ¿no? Mientras limpian, ponen la música por la mañana... Abren a las siete, pero a las cinco y media o a las seis ya hay gente ahí preparando, preparando los desayunos, limpiando, preparando las mesas. En fin, es un rollo, es un puto rollo.

Perdonadme, perdonadme el vocabulario, pero, pero es que, de verdad, llevo... Llevo un tiempo pasándolo muy mal, ¿eh? Pasándolo muy mal.

Total, que, claro, hacía tanto calor que tenía que abrir las ventanas porque si no, no podía dormir. Y el problema es que cuando aquí abres las ventanas entra mucho ruido, entra mucho ruido. Entra todo el ruido de la calle, ¿no? Y entonces, bueno, pues todo el ruido del bar. Además, enfrente, enfrente de donde yo vivo, enfrente de la casa de mi amiga, hay, ¿cómo os puedo decir? Los bidones, los bidones de la basura, los bidones de la basura. Esos bidones grandes... Hay muchísimos... Hay diez o doce bidones, ¿no? para el cristal, para el papel, para el plástico, para... Para los residuos orgánicos, para todo, para todo... La ropa.

Hay un montón de bidones, hay un montón y cada dos o tres horas pasa un camión, pasa un camión, de día o de noche, haciendo ruido. Un ruido espantoso. Os lo juro, es... Es increíble. Pasan a las doce de la noche, a las dos de la mañana, a las cinco de la tarde...

Bum, bum, bum, bum. Un ruido espantoso. No se entiende... Estás hablando con alguien y no se entiende. Estás viendo una película en la televisión y no la puedes escuchar porque el ruido es horrible, ¿no? Y claro, como tengo las ventanas abiertas, pues es todavía peor. Se escucha mucho, se escucha mucho el ruido, el ruido de los camiones, ¿no?

En fin. Y luego la gente, claro, la gente que pasa y tira la basura, las botellas, pim, pam, pim, las bolsas de plástico... Todo lo tiran ahí, claro, porque es el sitio donde viene toda la gente del barrio, toda la gente de este barrio, a tirar la basura. Un desastre, chicos, un desastre.

Bueno y bueno... Pero eso, eso, eso no ha sido lo peor. Eso no ha sido lo peor de mi viaje a Tenerife, porque claro, mucha gente estará pensando "¡Qué vida, qué vida se pega este tío. Primero en Salamanca, después en Granada y ahora en Tenerife. ¡Qué vidorra! En Italia también".

Bueno, pues os digo, es que, claro, yo pongo fotografías en Instagram, yo pongo vídeos en YouTube y cuento las cosas bonitas, pero estas cosas no las cuento. No las cuento porque claro, cómo voy a contar yo que debajo de mi casa están los bidones de la basura. Eso no tiene, eso no es bonito. No puedo poner en Instagram una fotografía de un camión de la basura que pasa por mi calle, ¿no?. No puedo. No puedo hacer eso. La gente diría, "pero este tío se ha vuelto loco".

Pues claro, yo en YouTube solo puedo poner las cosas bonitas: las fotografías de las playas, el Teide, ¿no? el volcán, el Teide... He hecho un vídeo, por cierto, he hecho un vídeo muy chulo, he hecho un vídeo muy chulo sobre el volcán del Teide. Ya lo pondré, ¿eh? Ya lo pondré.

Pero claro, en las redes sociales hay que poner cosas bonitas, hay que poner las cosas, las cosas buenas que nos pasan.

Por eso yo no puedo publicar más. A mí me gustaría publicar más vídeos y más... Y poner más fotografías en Instagram, por ejemplo.

Pero no puedo, tío, porque no me pasa nada bueno. Todo lo que me pasa es malo. En fin, es que, de verdad, no puedo poner cosas bonitas. Todo el mundo pone cosas muy bonitas. Fotografías de atardeceres muy bonitos. Gente con sus amigos. Tomando una Capirinha, un mojito. Todos muy contentos. Todos sonrientes.

Yo no... No puedo poner esas fotografías porque nunca estoy sonriente, tío, porque yo estoy de mal humor todos los días, desde que me levanto hasta que me acuesto porque no puedo dormir, tengo mucho calor. Viene el camión de la basura, hace un montón de ruido, o yo que sé, o la gente del bar que están ahí debajo todo el día pidiendo tapas y comiendo y bebiendo. Yo qué sé, yo que sé, de verdad. Entonces, un poco lo estoy pasando mal.

Pero como os decía, eso no es todo, eso no es todo, porque mi mala racha, mi mala racha es terrible.

Llevo... Llevo unos meses, llevo, llevo unas semanas, llevo unos años, llevo una vida, chicos, llevo una vida de mala racha. Toda mi vida, toda mi vida he tenido... Es una mala racha desde que nací, de verdad. No me quiero lamentar, no me quiero lamentar, pero yo tengo muy mala suerte.

Lo peor no lo he dicho todavía. Todavía no lo he dicho. Todavía no lo he contado. Mirad, mirad, chicos, mirad.

Lo peor fue... Lo peor...

Ahora me río, ¿eh? Ahora me río, pero fue un desastre, de verdad, fue un desastre. Yo vine aquí... Mi amiga me había dejado las llaves, ¿vale? Mi amiga me había dejado las llaves debajo de la puerta, ¿no?

Debajo de la puerta hay una alfombra, ¿no? Una alfombra que pone... Pone... A ver, espérate, es que no me acuerdo. Voy a abrir la puerta, la puerta de la calle, ¿qué pone? Pone... ¡Ah, si! Bienvenidos, bienvenidos, vale, pone, pone Bienvenidos. Vale, entonces yo... Busqué debajo de... Debajo de la alfombrilla, ¿no? debajo de esta alfombrilla..."Felpudo" también se llama felpudo, ¿vale? Felpudo.

Busqué... Levanté el felpudo y encontré, efectivamente, la llave de la puerta porque mi amiga me había dejado la llave de la puerta debajo del felpudo, ¿no?

Muy bien, entonces abrí. No hubo ningún problema. La casa me pareció... Al principio, claro, yo no me di cuenta de todos los problemas que había del ruido. No me di cuenta y me dije "Ay, mira, pues está bien. Es bonita. Sí. No está mal".

Y total, que estaba muy cansado, estaba muy cansado y cené algo así ligero, no mucho y me fui a la cama, ¿vale? me fui a la cama porque estaba muerto, estaba muerto de sueño, ¿no? Llevaba muchas semanas durmiendo muy poco, el viaje en avión, en fin, el estrés, el cansancio. Me fui a la cama.

¿Sabéis lo que pasó?

Llevaba... Llevaba como 15 minutos en la cama. No sé qué pasó. Me di la vuelta y ¡Crack! ¡Crack! Sentí un ruido ¡Crack! Y después del crack la cama se hundió hacia abajo: ¡Pum!

Se rompió la cama, se rompió la cama de mi amiga, chicos. Se rompió...

Bueno, yo... Yo rompí la cama de mi amiga.

Yo no hice nada, tío. Yo no hice nada. Yo no estaba haciendo nada. Yo estaba intentando quedarme dormido y se rompió la cama.

Encendí la luz, claro, encendí la luz. Eran las doce de la noche o así. Encendí la luz, levanté el colchón. La cama se había, se había roto, la madera de la cama se había roto, se había partido, se había separado en dos partes.

La verdad es que era una cama muy barata, era una cama muy barata, muy mala, ¿eh? Porque claro, como mi amiga viaja tanto, pues cuando llega a una ciudad nueva ella no compra muebles muy caros. Ella compra muebles muy económicos porque sabe que un año o dos años después se va a ir a otra ciudad. Entonces en esta casa todos los muebles son muy malos, son muy frágiles, son de mala calidad.

Mi amiga es muy delgada. Es muy, es una chica muy delgada y muy bajita. Es bajita y delgada. Y, claro. para ella pues esa cama iba bien, ¿vale? Esa cama iba bien, pero claro, llegué yo, llegué yo... Claro, peso, yo qué sé, bastante más que ella, ¿no?Pesaré 20 o 30 kilos más que ella, ¿no?

La cama no resistió, chicos. La cama no resistió. ¡Pum! Me llevé un susto de muerte. Me llevé, me llevé un susto de muerte.

Y, total, aparte del susto que me llevé, me quedé muy preocupado, tío. Me quedé muy preocupado porque claro, ahora mi amiga... Imaginaos, ¿no? Mi amiga, mi amiga se va de vacaciones, me deja la casa, me dice que no me va a cobrar nada, que no tengo que pagar nada, ni la luz ni nada, que me puedo quedar aquí en su casa mientras mientras ella esté fuera... Oye y le rompo la cama la primera noche. ¡Qué desastre! ¡Qué desastre! Me sentí fatal. Me sentí fatal.

Me sentí fatal por ella. Me sentía muy culpable, tío. Y, total, esa primera noche tuve que dormir en el suelo. Puse el colchón en el salón, en el comedor. Lo llevé al salón, lo puse en el suelo y dormí en el suelo.

Estaba muy hecho polvo, estaba muy cansado y, en fin, al final me quedé dormido. Al final conseguí dormirme. Eran las tres o las cuatro de la mañana, pero muy preocupado, ¿no? Y cuando me levanté por la mañana y abrí los ojos dije "¡Oh Dios mío, oh Dios mío, Dios mío! Le he roto la cama a mi amiga la primera noche".

Total, que lo que hice fue, pues nada que.... Miré el tipo de cama que ella tenía, hice un poco de... En fin, busqué en internet. Y al final... Al final me di cuenta, me di cuenta de que ella había comprado esa cama en Ikea. Ikea, ¿no? No sé cómo se pronuncia en inglés. Creo que es Ikea. Esos grandes, esos grandes almacenes de muebles, ¿no? Que se compran muebles principalmente, ¿no?

Y en fin... Para la casa, venden cosas para la casa que tienes que hacer tú mismo, ¿no? Tienes que... Ellos te venden, te venden las mesas, los sofás, las camas, todo, ellos te lo venden todo, pero tú lo tienes que... Lo tienes que hacer. Ellos te venden, te venden los muebles por partes, ¿no? Yo creo que todo el mundo sabe qué es Ikea, ¿no? IKEA. En español decimos Ikea.

Bueno, pues, total, son muebles baratos, ¿no? Son muebles baratos. Y mi amiga había comprado... Estuve buscando en internet... Había comprado la cama más barata que había en Ikea aquí en Tenerife. La más barata, tío, la más barata. Y... Bueno, era tan barata que ya no la hacen, tío, ya no la hacen. Me imagino que será porque a mucha gente esa cama se le ha roto. Me imagino que es por eso. Se le ha roto la cama. Y claro, los tíos de Ikea ya no la hacen, ya no lo hacen. Ahora hacen otras camas...

Vosotros imaginaos que yo, que había venido aquí de vacaciones, buscando descansar un poco, venir aquí, ir a la playa, a la piscina, relajarme, comer bien, dormir... Hacer unos cuantos vídeos para Youtube... En fin, estar unos días aquí relajándome un poco, ¿no? Imaginaos el problema que me encuentro el primer día. La cama rota, tío, la cama rota. No podía dormir... Y me tuve que poner a buscar... En vez de irme a la playa, en vez de irme a la piscina, pues ¿qué tuve que hacer? Tuve que irme a Ikea. Yo, claro, aquí en Tenerife yo no sabía dónde estaba Ikea. Tuve que... Normalmente los almacenes estos de Ikea están en las afueras, ¿no? Están en las afueras de las ciudades, porque son muy grandes, ¿no? Y claro, yo aquí no tenía coche... Además no sé conducir, no sé conducir. Entonces tuve que buscar dónde era, tuve que buscar el autobús, en fin, un follón... Estuve perdiendo todo el día. El día siguiente lo perdí en eso, ¿no? buscando información sobre la cama... Porque claro, yo quería, yo quería comprarle una cama nueva a mi amiga. Claro, vengo aquí... Claro, la tía, la tía pensaría "¡Qué cara, qué cara más dura, ¿no? Qué cara más dura!" Pensaría la tía, ¿no? si yo no le compro la cama. Y entonces, claro, yo... Hombre, claro, me fui a Ikea en autobús. Hacía un calor, hacía un calor increíble.

Tuve que ir a Ikea, pero claro, el autobús no llegaba a Ikea directamente. Los últimos, no sé, quince o veinte minutos tuve que hacerlos a pie, bajo el sol, con un calor espantoso a las dos de la tarde. Horrible, horrible.

Total. Compré la cama en Ikea. Un follón. No, no, no os cuento todos los detalles porque claro tuve que medir, tuve que medir... Tomar medidas, ¿no? Comprar una cama que fuera igual a la que ella tenía. Pero claro, esa cama, esa cama que ella tenía, era tan, tan barata y era de tan poca calidad que ya no la hacen, tío, ya no la hacen. Ahora hacen camas mejores, más resistentes que tienen, que tienen la base de hierro, de metal, ¿no?

La cama de mi amiga era muy débil. Era... Yo qué sé, yo qué sé. Total, le compré la cama, le compré una cama nueva a mi amiga. O sea, todo el dinero que... Todo el dinero que había ahorrado... Así, porque, claro, no tenía que pagar habitación aquí en Tenerife, todo ese dinero lo tuve que gastar en comprarle una cama nueva a mi amiga. Y bueno, y no sólo eso, no solo eso, claro, porque la cama llegó en partes, ¿no? en partes, tres o cuatro días después. Y claro, yo tuve que estar haciendo la cama, construyendo la cama, poniendo todas las partes juntas con los tornillos, ¿no? Los clavos, apretando tornillos, todo eso...

Estuve, pues, dos días y medio, dos días y medio haciendo eso, porque no sé si habéis hecho alguna vez, si habéis construido... Si habéis armado. El verbo que estaba buscando era "armar", ¿vale? armar, armar estos muebles, ¿no? Construir estos muebles de Ikea. No sé si alguna vez lo habéis hecho. Es un... No quiero decir una palabrota, no quiero decir una palabrota. Voy a decir sólo que es un rollo. Es un rollo, es un rollo.

Estuve un montón de horas... En fin, total, al final. Bueno, una vez, una vez ya la tenía casi terminada y tuve que desarmarlo todo, ¿no? Ya la tenía casi armada y tuve que desarmarla toda completamente porque me había equivocado. Había puesto un tornillo en el sitio equivocado y tuve que empezar de nuevo. Un desastre.

Un dolor de cabeza, un dolor de cabeza, chicos. Total, que, en fin, eso fue, eso fue, eso fue terrible, eso fue terrible. Una mala suerte increíble.

Pero ahí no acaba todo. Ahí no acaba todo, chicos, ahí no acaba todo. Es que mi amiga. Mi amiga me llamó por teléfono unos días después. Me llamó por teléfono y me dijo: "¿Juan, sabes lo que me ha pasado? Que me he caído, me he caído y me he roto una pierna".

Chicos, mi amiga, mientras yo estaba aquí, armando su cama, porque se la había roto, ella estaba... No sé dónde estaba. No lo recuerdo. Pero estaba con sus amigos viajando. Se cayó. Se cayó en el campo. Estaba caminando en el campo. Se cayó y se rompió una pierna.

Bueno, no se rompió, no se rompió la pierna. No, no, no, no se rompió la pierna. Pero se hizo mucho daño. Se hizo mucho daño y tuvo que volver. Tuvo que volver aquí a su casa, donde yo estaba, ¿vale? Tuvo que volver a su casa.

Entonces le expliqué todo, le explique lo que había pasado, le expliqué lo de la cama. Ella me dijo: "Ay, lo siento, lo siento, es que la cama, sí, era, era muy débil. Era no sé qué... Era... Es mi culpa".

Yo le dijo "No, no es tu culpa, no es tu culpa, no es culpa de nadie. Simplemente, en fin, se ha roto la cama. No pasa nada".

Pero claro, mi amiga estaba fatal, no podía caminar, entonces yo le tenía que... Le tenía que llevar las maletas. Total, un desastre, chicos, porque ella vino a Tenerife porque tenía que ir al médico. Fue al médico y el médico le dijo que se tenía que operar y... Y total que mi amiga dos o tres días después se fue a Barcelona a operarse al hospital. En fin, chicos, no os cuento más detalles, pero un desastre, un desastre.

Yo soy lo que se llama un gafe. ¿Conocéis la palabra "gafe"? Gafe es una persona que tiene mucha mala suerte y que además, además da mala suerte a otras personas, ¿vale? Existen ese tipo de personas. Yo nunca he creído en ese tipo de cosas. Yo nunca he creído en la mala suerte, ni en la buena suerte tampoco y mucho menos en los gafes. Yo, yo, para mí, para mí los gafes no existían. Pero ahora, después de todo lo que me está pasando, después de todo lo que me ha pasado este año, sinceramente, chicos, yo creo que soy un poco gafe, porque no solo es que se ha roto la cama de mi amiga, es que se le ha roto la pierna a ella. Bueno, no se le ha roto, ya digo, no se le ha roto, pero casi, casi se le ha roto la pierna. Y yo creo... Estoy, estoy, me estoy empezando a preocupar.

En fin, chicos, que... No sé. Espero, espero que esto cambie, espero que esto cambie alguna vez, ¿no? Esta racha de mala suerte. Espero que empiece el periodo o la racha, espero que empiece la racha de la buena suerte, ¿no? porque esto, si sigue así, me voy a volver loco.

En fin, ya vamos a dejarlo por hoy. No os quiero amargar más la existencia. Creo que ya...

No voy a hablar más de mi mala suerte. ¿Vale? Este... Este es el tercer episodio de nuestro podcast en el que hablo de mi mala suerte. Solo quería, quería contaros de verdad lo que me está pasando, que no todo es tan bonito como parece en los vídeos o en las fotografías de Instagram. Que penséis... Cuando veáis esos vídeos que yo hago en la playa o no sé, esas fotografías que pongo, tomando el sol o bebiendo cerveza. Vosotros pensad que en el fondo, en el fondo soy una persona con muy mala suerte, que... Todo lo que me está pasando detrás...

En fin, esto no lo puedo poner en los vídeos. Cuando veáis mis vídeos en el Acueducto de Segovia o en la Plaza Mayor de Salamanca o visitando el volcán aquí en Tenerife o dando un paseo por la playa, nadando en la piscina...

Pensad en todo lo que me está pasando. Pensad en mi amiga con la pierna rota. Pensad en mí durmiendo en el suelo. Pensad, en fin, en todas las cosas que me han pasado este verano. Soy un pobrecito desgraciado con muy mala suerte. Un gafe. Soy un gafe, chicos, soy un gafe. Soy un gafe. Atraigo la mala suerte para mí y para los demás. Estoy empezando a sospechar que soy un gafe.

Chicos, no me enrollo más. Nos vemos... No, no nos vemos. No nos vemos. Nos escuchamos la próxima semana. Y ahora que he terminado de grabar este episodio. Voy a abrir la ventana, chicos, voy a abrir la ventana porque aquí hace un calor, de verdad. Con la ventana... Con la ventana cerrada hace mucho calor.

Así... Que entre un poco de aire. De verdad, que me estoy ahogando.

Bueno, chicos, venga, un abrazo. Adiós. Hasta luego.

Hasta aquí el episodio de hoy. Muchísimas gracias por escuchar hasta el final. Si quieres leer la transcripción de este episodio o de los episodios anteriores de nuestro podcast, visita nuestra página web 1001 Reasons To Learn Spanish. Allí encontrarás también ejercicios y muchos recursos para aprender español. ¡Hasta pronto!

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