Expresar miedo en español: tengo miedo de, me da miedo…

En este episodio de nuestro podcast para aprender español vamos a practicar cómo expresar miedo en español con expresiones como:

Me da miedo

Tengo miedo de

Volando voy, volando vengo…

Hola y bienvenidos todos a un nuevo episodio de nuestro podcast “1001 Reasons To Learn Spanish”.

Hoy vamos a hablar de viajar en avión, de volar.

Acabo de llegar a Londres desde Italia y creo que es una buena oportunidad para hablar de cómo me siento cuando viajo en avión.

A mí me gusta viajar. Me gusta mucho viajar, pero odio volar.

Bueno, no odio volar, pero me da miedo. Me horroriza pensar en la posibilidad de que haya un accidente o un ataque terrorista.

Interpreto cada turbulencia como un síntoma de que algo va mal en los motores. También pienso que es posible que algún grupo terrorista haya puesto una bomba en una maleta y el avión quizás haga explosión de repente.

Comienzo a sudar. Miro el reloj, pero el tiempo no pasa. No me puedo concentrar, no puedo leer…

Miro el reloj, pero el tiempo no pasa

En realidad me gusta la sensación de estar por encima de las nubes, de ver las ciudades, los pueblos, los ríos y las montañas desde lo alto.

En un avión, a miles de kilómetros de altura, me siento más vivo. Me doy cuenta de lo hermosa que es la tierra, de la fragilidad de nuestras vidas, de lo rápido que pasa el tiempo…

Cuando viajo en avión suelo pensar que la vida es muy corta, que hay que disfrutar a tope, cada día, como si fuera el último día de nuestras vidas.

Planes, planes, planes

Entonces, mientras vuelo, decido que desde ese día en adelante haré las cosas que me gustan: montaré más en bicicleta; comeré más queso, más helados y más chocolate; viajaré en tren por América, cruzaré los Estados Unidos de este a oeste en bicicleta; iré a ver la muralla china, El Taj Mahall, el Machu Picchu, los leones de África y además aprenderé japonés.

Decido que, si sobrevivo al vuelo, tengo que hacer todas las cosas que siempre he querido hacer y que todavía no he hecho.

Aterrizamos, llegamos a nuestro destino y todos los pasajeros descendemos del avión. Vuelvo a respirar. Estoy vivo. He sobrevivido a otro vuelo.

Ya en tierra me siento más relajado. Ya no tengo miedo, ya no me preocupa la muerte o encontrar el sentido de la vida. Dejo de hacer planes, dejo de soñar, dejo de tomar decisiones importantes. Dejo de pensar en lo que es realmente importante en la vida.

Ahora lo único que me preocupa es ir a recoger la maleta, encontrar el baño, buscar el pasaporte… ¿Pero dónde he puesto el maldito pasaporte? Nunca lo encuentro.

La rutina diaria

Recoger las maletas en el aeropuerto

Tengo que coger el autobús para ir al centro, ¿Donde se coge el autobús? O quizás es mejor coger el metro… El taxi es demasiado caro, mejor el metro.

Y así, quince minutos después de bajar del avión ya he olvidado todas las decisiones importantes que había tomado mientras volaba. Ya he olvidado que la vida es demasiado corta, que cualquier día puede ser nuestro último día y que hay que vivir a tope.

Los problemas cotidianos de cada día nos hacen olvidar lo que realmente es importante en la vida.

Quizás tendría que viajar en avión más a menudo para no olvidar que cada día puede ser el último.

Un saludo y nos vemos en el próximo episodio de nuestro podcast.