… en El Corte Inglés!

Resumen:

Para integrarse en otro país, para hacer amigos de otros país, no basta aprender el idioma. Hay que aprender también la cultura popular del país.

TRANSCRIPCIÓN

¡Hola, chicos! ¿Qué tal?

Bienvenidos a un nuevo episodio de nuestro podcast ESPAÑOL CON JUAN.

¿Qué tal la semana?

¿Cómo va todo?

Espero que bien.

Yo estoy bien. Estoy contento porque ya estamos cerca de la primavera, ¿no? ¿Cuándo llega la primavera? No sé, yo siempre me hago un lío con estas cosas, pero creo que la primavera está a punto de llegar.

En España es muy fácil saber cuando llega la primavera… No solo porque en España realmente hay primavera y en Inglaterra no. En Inglaterra, donde yo vivo, siempre es otoño. Otoño o invierno. La primavera dura solamente un par de semanas y nunca se sabe cuándo llega. En Inglaterra la primavera llega a veces en octubre o en agosto. Quién sabe. El verano, bueno, el verano… el verano llega normalmente, yo diría que, sí, más o menos en julio… sí, en julio normalmente llega el verano, pero dura dos días, un fin de semana, nada más… en España el verano dura tres meses, pero en Inglaterra… yo diría que, más o menos, sí, más o menos eso, el verano en Inglaterra, cuando llega, que no siempre llega, dura un par de días, no más.

Pero, bueno, en España, como decía, que ya me estoy enrollando, en España se sabe muy bien cuándo llega la primavera, no porque haya primavera, sino porque es tradicional que El Corte Inglés, el Corte Inglés, para aquellos que no lo sepan, son unos grandes almacenes, unos grandes almacenes muy famosos que existen en todas las ciudades de España, pues, como decía, en España se sabe que la primavera va a llegar o está a punto de llegar porque El Corte Inglés hace siempre, cada año, la misma publicidad: ya es primavera en el Corte Inglés. Todos los españoles conocen esta frase: ya es primavera en el corte inglés. Es una frase que lleva diciéndose años, que todo el mundo conoce…

¿No me creeis? Haced la prueba. Si conocéis a alguien de España, si conocéis a algún español o a alguna española, no importa la edad, no importa si es joven o viejo, si es del sur, del norte o de las Islas Canarias… no importa. Vosotros decidle al primer español que veais, la próxima vez que os encontréis con alguien de España, vosotros decidle: ¡Ya es primavera! Y estoy seguro de que en el 80 o en el 90 por ciento de los casos os van a responder ¡En el Corte Inglés!

Es como un reflejo condicionado. Vosotros decís la primera parte de la frase (ya es primavera) y el español o la española con quien habláis os va a responder con la segunda: en el corte inglés.

Bueno, ¿por qué estoy hablando hoy de la primavera y del Corte Inglés? Muchos estoy seguro de que ya estaréis pensando, ya está Juan enrollándose otra vez. Bueno, en parte es verdad, me estoy enrollando, como hago siempre. Pero no, yo sé muy bien lo que estoy diciendo y por qué lo estoy diciendo.

No, no quiero hablar hoy de El corte Inglés. No, no estoy haciendo publicidad de esos grandes almacenes… No, no es eso. Tampoco quiero hablar de la publicidad y de cómo nos come el coco… ¿Conocéis esa expresión? Comer el coco. Es una expresión que estaba muy de moda cuando yo era joven, pero que todavía se usa. ¿Sabéis qué quiere decir? ¿Sabéis qué significa y cuando se usa? Comer el coco. Bueno, comer el coco o comerse el coco, que también se puede usar en su forma reflexiva, se usa cuando una persona convence a otra de algo, le lava el cerebro, digamos, le habla y le habla y le habla hasta convencerlo de algo… No sé si me explico. Por ejemplo, podemos decir que el gobierno de un país o los partidos políticos le comen el coco a la gente para que piense de un modo o de otro. Un vendedor de coches, por ejemplo, le come el coco a alguien para que compre un coche. Un abogado te come el coco para que firmes un contrato… ¿entendéis la idea? El coco es la cabeza, claro. Y en estos contextos, comerle el coco o comerle la cabeza a alguien quiere decir convencerlo de algo… normalmente, convencerlo de algo que no le interesa, de algo que no es bueno.

Entonces, bueno, ya me estoy enrollando otra vez. Lo que yo quería decir es que yo hoy no quería hablar de cómo nos come el coco la publicidad para que compremos cosas que no necesitamos. Puede ser un tema muy interesante. Quizás en otro episodio de nuestro podcast hablemos de este tema.

Es increíble que una frase publicitaria, un eslogan publicitario, es decir, una frase que ha sido creada para comerle el coco a la gente, para convencer a la gente de que compre algo, se haga tan famosa, tan popular, que pase a formar parte de la cultura popular de un país, ¿no? Es increíble.

Supongo que esto pasa en todos los países, ¿no? Es el poder de la publicidad, el poder de la propaganda. La repetición de una frase, de un slogan, el martilleo de una idea, de unas palabras… entendéis “martilleo”, ¿no? Un martillo es una herramienta que se usa para clavar clavos, ¿no? Tienes un cuadro y lo quieres clavar en la pared para colgar un cuadro, ¿no? Entonces, ¿qué necesitas? Pues necesitas un martillo, claro. A veces, en lugar de dar en el clavo te das un martillazo, con el martillo, te das un martillazo en un dedo… ¡Ay! Y gritas de dolor, ¿no? ¡Ay, ay, ay! Entonces, si estás en España y te das un martillazo en un dedo es muy útil conocer algunas palabrotas como ¡joder, cojones, coño…! Son palabrotas que no hay que decir normalmente, excepto, por ejemplo, cuando te das un martillazo en un dedo por accidente, entonces, está permitido. Nadie pensará que eres un maleducado o una maleducada si dices joder o coño cuando te das un martillazo en un dedo.

Hay palabras alternativas a las palabrotas, claro que sí. En lugar de cojones, joder y coño puedes decir corcho, caramba y cáspita… pero nadie te va a tomar en serio si dices corcho o caramba. Si dices corcho, cáspita o caramba lo más probable es que la gente piense que eres un cursi, es decir, una persona anticuada, tradicional, demasiado tradicional, completamente fuera de lugar, fuera de moda, fuera de todo… no, no se puede decir corcho o caramba cuando te das un martillazo en un dedo…

Pero bueno, ¿de qué estaba hablando? Creo que he vuelto a perder el hilo… sí, bueno, estaba diciendo que los esloganes publicitarios, las frases que crean los publicistas para hacernos comprar algo, para comernos el coco, las escuchamos una y otra vez en la publicidad de la televisión o de internet, ¿no? Es un martilleo, eso es lo que estaba diciendo, esa repetición de esos eslogánes publicitarios es un martilleo continuo de ideas, de frases, que al final, a fuerza de escucharlas tanto, se meten en nuestras cabezas, las aprendemos todos de memoria y se quedan ahí, ¿no? Eso es lo que hace la publicidad: comernos el coco a fuerza de martillearnos con  una serie de frases, a fuerza de repetirnos una y otra vez las mismas frases…

Pero eso tampoco era de lo que yo quería hablar hoy, no. Hoy me estoy enrollando muchísimo. He perdido el hilo ya varias veces. Esto es imposible. Así no se puede hacer un podcast serio. No, esto no es un podcast serio… en fin, solo espero que estéis aprendiendo algunas expresiones interesantes… ¿Estáis aprendiendo algunas expresiones interesantes? Espero que sí. Hasta ahora habéis aprendido comer el coco, por ejemplo, que es una expresión superinteresante. Habéis aprendido también martillear, enrollarse, perder el hilo… y algunas palabrotas como cojones, coño y joder…

Bueno, no está mal, ¿no? Yo me enrollo, pero mientras yo me enrollo vosotros estáis aprendiendo español.

Bueno, a lo que iba, yo hoy no quería hablar de la publicidad, de cómo nos come el coco la publicidad, no. Yo hoy quería hablar de esas frases, por ejemplo, ya es primavera en el corte inglés, que todos los españoles conocen, que cualquier español conoce de memoria, que forman parte de la cultura popular de España.

Como os podéis imaginar hay muchísimas expresiones de este tipo, dichos populares, anécdotas históricas, letras de canciones, frases de alguna película, frases que dice algún humorista en la televisión y que durante un tiempo todo el mundo repite, citas históricas de algún personaje famoso de la historia de España, palabras que decía, quizás algún personaje de la televisión o el personaje de unos dibujos animados…”¡arriba, arriba! ¡ándale, ándale!” decía speedy González…  No sé, los ejemplos son innumerables.

Y todas esas frases, todos esos dichos, forman parte de la cultura popular. Es algo que has oído de pequeño en el patio de la escuela, en la calle, en la televisión, en tu casa… no sé, las aprendes, todo el mundo las conoce, todo el mundo las sabe de memoria… Muchas veces ni siquiera hace falta decirlas completamente, ni siquiera hace falta expresarlas completamente ni explicarlas, porque se sobreentienden, todo el mundo sabe qué quieres decir, todo el mundo es cómplice de la misma broma…

Supongo que me estáis entendiendo. ¿Estáis entendiendo lo que quiero decir? Espero que sí. Yo creo que sí. Es igual, debe de ser igual en todos los países, ¿no? Me imagino que sí…

Bueno, lo que yo quería decir es que este tipo de frases y de sobreentendidos que forman parte de la cultura popular, bueno, pues es algo muy bonito y muy interesante, me encanta, y cuando estoy con españoles es, no sé cómo decirlo, uno de los mayores placeres para mí de estar con españoles es que hay muchas cosas que compartimos, que entendemos, sin necesidad de expresarlas abiertamente.

Os pongo un ejemplo, si yo le digo mañana a alguien de España, “¡ya es primavera!”, estoy seguro de que esa persona me va a contestar “en el corte inglés”, y eso, que parece una tontería, va a crear una complicidad entre nosotros, eso va a hacer que nos sintamos mejor el uno con el otro, como si fuéramos hermanos, como si fuéramos de la misma familia, como si tuviéramos las mismas experiencias pasadas…

¿Entendéis lo que quiero decir? Bueno, yo creo que es fácil de entender, ¿no? Te sientes mucho mejor, te sientes muy cómodo, te sientes “en casa” cuando puedes hablar así, con sobreentendidos, con una persona que tiene las mismas referencias culturales que tu. Está claro, ¿no? Es normal.

El problema. Bueno, eso, como digo, es muy bonito y desde el punto de vista cultural, sociológico y antropológico pues, me parece muy interesante, pero, el problema, el problema es ¿qué pasa cuando eres extranjero? ¿Qué pasa cuando estás en España, hablas la lengua, digamos que decentemente, más o menos bien, pero no conoces esas referencias culturales?

Ah, amigo, eso puede ser un problema. Eso a menudo es un problema. En España hay muchísimos extranjeros que se han mudado allí para vivir, que se han comprado una casa y que pasan todo el año o gran parte del año en España. Es normal, el clima, la comida de España, es normal que la gente quiera mudarse allí… y muchos incluso aprenden español o tienen interés y curiosidad por la sociedad, la cultura… y tratan de integrarse, pero… pero no lo consiguen… y bueno, en muchos casos es simplemente una barrera del idioma. Hay personas que no hablan nada de español o muy poco. Pero incluso hablando español, incluso personas que viven en España desde hace bastante tiempo, que hablan español decentemente, aunque con errores, pero decentemente, incluso este tipo de personas no logran integrarse en los pueblos o en las comunidades donde viven… ¿por qué? Bueno, no sé, pero quizás en parte, por lo menos en parte es porque no conocen esa cultura popular de la que hablaba antes. Pueden efectivamente comunicarse en español, conocen la gramática, saben usar el subjuntivo, usan las preposiciones correctamente, pero, pero… si alguien les dice ¡Ya es primavera! Ellos quizás respondan: “No, todavía no. la primavera llega la semana que viene” o quizás puedan decir: “Sí, es verdad, me gusta mucho el buen tiempo, me gusta mucho la primavera…”

Probablemente ninguno dirá: ¡En el corte inglés! ¿Entendéis lo que quiero decir?

No existe esa conexión, esa complicidad que existe entre dos personas del mismo país, que comparten la misma cultura, la misma cultura popular.

Y eso hace que integrarse en el país sea más difícil, bastante más difícil.

Yo lo veo aquí, en Londres, en Inglaterra. Es algo que yo vivo en mis propias carnes (una buena expresión para aprender, chicos: “en mis propias carnes”), es algo que yo he vivido y he experimentado desde que llegué a Inglaterra.

Puedes hablar inglés bastante bien, puedes llegar a tener una conversación decente en inglés con cualquiera, pero si vas a un pub con un grupo de ingleses, seguramente habrá muchísimas, muchísimas referencias culturales que tú no vas a conocer, no sé, escenas de películas, frases históricas, chistes, juegos de palabras… cosas que ellos habrán aprendido probablemente en la escuela, en el patio del colegio, jugando en la calle de niños…

Entonces, claro, entendéis la situación, ¿no? Yo puedo hablar en inglés con ellos, con los ingleses, puedo tomar una cerveza y pasar un rato agradable, pero, a la hora de la verdad, digamos que, sí, a la hora de la verdad es muy difícil llegar a conectar realmente, ni ellos conmigo ni yo con ellos…

Entendéis por qué, ¿no? Para llegar a conectar realmente con la otra persona no basta hablar el mismo idioma. Eso , bueno, es fundamental, básico, claro, y ayuda especialmente al principio, cuando conoces a alguien, pero luego, luego,cuando pasa el tiempo, si quieres realmente conectar con la otra persona, tienes que entender también sus referencias culturales, bueno, no solo entenderlas, tienes que compartirlas y eso, si eres extranjero, si no has crecido en el mismo país, es superdifícil, yo diría que es imposible.

¿Por qué digo todo esto? Bueno, porque llevo ya un tiempo pensando sobre mi vida aquí en Londres. Llevo aquí, como muchos sabéis, más de 20 años, pero, y esto me da mucha tristeza decirlo, no tengo muchos amigos ingleses. Bueno, en realidad, no tengo en este momento ningún amigo inglés. En el pasado, sí. Al principio de estar en Londres salía mucho con ingleses e incluso tuve una novia inglesa por algún tiempo. Pero ahora no… desde hace muchos años ya no salgo o no estoy en contacto con ingleses. En Londres la verdad es que hay gente de todo el mundo. Una gran parte de la gente que vive en Londres no es de Londres: somos inmigrantes. Y, bueno, se puede pasar un montón de tiempo aquí sin estar realmente en contacto con ingleses. Y esto me da un poco de tristeza porque después de tantos años viviendo aquí, en Londres, no me siento integrado en el país, me sigo sintiendo extranjero… Y en parte yo creo que es porque no comparto con ellos, con los ingleses, todas esas referencias culturales que ellos comparten entre  sí. Entonces es normal que ellos, los ingleses, no se sientan a gusto conmigo. No hay complicidad entre nosotros. No compartimos las mismas referencias culturales…

Y viceversa, claro, yo me siento más a gusto con otros españoles. No solo por el idioma, obviamente, porque si hablas con alguien en tu mismo idioma obviamente vas a estar mejor, vas a sentirte mejor, vas a estar más cómodo, sino también porque compartimos todas esas referencias culturales de las que hablaba antes.

Y supongo, me imagino, que algo parecido les pasa a los extranjeros que viven en España. Me imagino que muchos hablan español decentemente, aunque sea con errores, pero… pero el problema va a ser siempre que no van a tener esas referencias culturales y eso puede hacer realmente difícil integrarse en la sociedad, en España, integrarse con la gente de España.

En fin, no sé. A mí, que conste, me encanta vivir en Londres y estoy muy contento de haberme mudado aquí, pero me falta eso, me falta integrarme más en la sociedad, conocer más ingleses, hacer más amigos ingleses quizás.

No sé, quizás debería ver más la televisión, quizás debería buscar en YouTube películas antiguas, series de televisión de los años sesenta y setenta para entender esas referencias culturales que ellos tienen y yo no… bueno, no sé si eso funcionaría, no creo, la verdad…

Además, la televisión me aburre mucho. No creo que tuviera la paciaencia de ponerme a ver la televisión solo para aprender esas referencias culturales de los ingleses.

Bueno, lo voy a dejar aquí por hoy. Como siempre, me he vuelto a enrollar demasiado. Sí, creo que he hablado demasiado otra vez. Bueno, espero que estas reflexiones que yo hago aquí cada semana en el podcast os parezcan interesantes. Me gustaría saber qué pensáis de lo que yo digo… sé que muchos de vosotros, muchos de los que escucháis este podcast vivis en España o queréis vivir en España en el futuro. ¿Habéis pensado, habéis reflexionado, sobre estos temas, sobre cómo integrarse en la sociedad, con la gente, con los españoles? ¿No tenéis miedo de encontraros solos, de quedaros un poco aislados…?

En fin, tengo muchas ganas de saber qué pensáis sobre todo esto. Por el momento nada más. Os mando un saludo y me despido de todos vosotros y de todas vosotras hasta la próxima semana, hasta el próximo episodio de nuestro podcast.

Venga, un saludo y hasta muy pronto. ¡Adiós!

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